Medio centenar de personas han desafiado a los secretarios generales y se han manifestado por las calles de Maó - Gemma Andreu

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La de ayer en Maó fue una de las manifestaciones más extrañas que se recuerdan. Los sindicatos CCOO, UGT y STEI-i habían convocado a la ciudadanía a las 18 horas en la plaza Explanada para marchar en defensa de los servicios públicos y contra las políticas del Gobierno. Un cuarto de hora después, cuando alrededor de 60 personas habían respondido a la llamada, los secretarios generales de los sindicatos, Servando Pereira (UGT), Patricio Serra (CCOO) y Maria Camps (STEI-i) optaron por desconvocar la marcha aduciendo «razones climatológicas».

Tras un breve anuncio de la decisión a los presentes, abandonaron la plaza mahonesa para acudir al encuentro pactado con el director insular del Estado, Javier López-Cerón. Ya habían avisado a las autoridades policiales, que inmediatamente reabrieron el tráfico en los tramos en los que estaba previsto que discurriera la manifestación. Sin embargo, un grupo de alrededor de medio centenar de personas hicieron caso omiso a esa decisión y, ya de forma ilegal aunque totalmente pacífica, decidieron seguir con lo planeado y dirigirse hasta la plaza Miranda.

Entre el grupo de personas que decidieron desafiar la decisión de los líderes sindicales se encontraban figuras tan reconocibles del mundo sindical como Ramon Carreras, exsecretario general de CCOO, que se erigió en voz cantante de la marcha, protagonizando gran parte de los parlamentos que se improvisaron frente a la sede de la dirección insular y sosteniendo la pancarta que abría la comitiva.

Visiblemente indignado con la actitud de los líderes sindicales, Carreras dio su respaldo a la decena de bomberos del Aeropuerto que se habían animado a manifestarse contra los planes de privatización de Aena y que no estaban dispuestos a volver a casa. También marcharon representantes del mundo educativo y de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Menorca.

A la salida de la reunión con el director insular del Estado, los secretarios generales aseguraron que ya no era responsabilidad suya que la gente decidiese salir a pesar de haberse desconvocado la protesta. El actual secretario general de CCOO, Patricio Serra, fue taxativo a la hora de calificar de «escandaloso» el hecho de que miembros de su sindicato desafiaran la suspensión y marcharan por las calles exponiéndose a ser multados.