Joan J. Gomila, Amador Ferrer, Joan Enric Vilardell, Rosa Escala y Josep Parcerisa. - Javier Coll

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El director del equipo que elaboró el Plan General de Ordenación Urbana de Maó vigente, Josep Parcerisa, considera que el desarrollo de las medidas contempladas en este documento es suficiente para mejorar el centro de la ciudad, algo que debe venir acompañado de voluntad política decidida y eficaz. Por tanto, Parcerisa se muestra reacio ante la posibilidad de elaborar un Plan Especial de Reforma Interior (PERI) para el casco antiguo de la ciudad.

Parcerisa participó ayer junto a otros tres arquitectos (Joan Enric Vilardell, Amador Ferrer y Rosa Escala)en una mesa redonda organizada por el Ayuntamiento de Maó y el Colegio Oficial de Arquitectos sobre si es necesario o no un PERI para el centro de la ciudad. La charla fue moderada por su compañero Joan J. Gomila.

Parcerisa fue crítico con el actual equipo de gobierno en algunos aspectos y reclamó coherencia en sus políticas, «la ciudad debe decidir lo que quiere ser, el PGOU contempla acciones para mejorar el casco antiguo». En concreto se refiere a la conversión de la Explanada como centro neurálgico de la ciudad;el desarrollo de los Cuarteles de Santiago como un gran centro cívico; un diseño atractivo de Sa Sínia des Cuc, «poner más coches es una barbaridad»;y la prolongación de la calle Santa Eulàlia.

Amador Ferrer, director del anterior plan general, expuso que sí hace falta una figura normativa que complemente el PGOU, sin la necesidad de cuestionar su contenido. Considera que el tipologia y la riqueza de las construcciones del centro «son fantásticas» y que el PGOU ya incluye muchos condicionantes, «pero se tiene que hacer algo más, mejor coordinarlo todo con una figura», que no necesariamente debe ser un PERI.

Rosa Escala aportó experiencias de otras ciudades. Considera que se necesita «una mirada más cercana a la ciudad» y que hay distintos elementos para llevarlo a cabo, como los planes de mejora urbana, más abiertos en cuanto a los conceptos que abarca, y sobre cuya bonanza hubo un cierto consenso entre los presentes. Escala apeló a la iniciativa de la administración pública, que debe dar el primer paso con algunas reformas para dar ejemplo a su entorno.

Joan Enric Vilardell, arquitecto local, afirmó que «es necesario acometer una serie de planes especiales en algunos barrios de la ciudad», una normativa eficaz con proyectos urbanos concretos que actúen como plan de choque para que los vecinos vuelvan a poblar el centro. Vilardell entiende que la apuesta debe ser decidida, con una oficina específica que se ocupe de este cometido, algo de lo que existen exitosos precedentes.

En esto coincidió Amador Ferrer, quien explicó que algo similar se hizo con la protección de S'Albufera des Grau o la vía de circunvalación de la ciudad, con una entidad como Promocions Urbanístiques que jugó en ello un papel muy importante.

Los participantes en la mesa coincidieron en la necesidad de contar con un diagnóstico certero del estado del centro de la ciudad, ya que para Vilardell el centro está desierto, con muchas casa usadas como almacenes para las tiendas, pero para Joan J. Gomila el número de viviendas deshabitadas es minoritario. Lo que sí se constató es que el casco antiguo ha cambiado poco o nada en las últimas tres décadas. Otro acuerdo: la mejora del espacio público es clave en este cometido.