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El barco «Passió per Formentera» de la compañía Baleària tuvo que amarrar ayer en el dique de Son Blanc de Ciutadella y no fondeó en el exterior del puerto, como así pactó con Ports de les Illes Balears para evitar las molestias que el ruido de los motores provoca a los vecinos.

El motivo fueron las pruebas a las que sometieron a la embarcación para renovar el certificado de clase con el que se permite navegar.

Según explicaron fuentes de la naviera, se trata de inspecciones que se realizan periódicamente para obtener este permiso. Varios buzos tuvieron que llevar a cabo estas pruebas y por ello era mejor que el barco estuviera amarrado en lugar de permanecer fondeado en el mar.

Esta circunstancia provocó de nuevo las quejas de los vecinos de las zonas próximas al dique, que tuvieron que soportar otra vez el ruido de los motores. Según Baleària, la próxima semana, durante un día aún por determinar, el «Passió per Formentera» deberá someterse a la misma operación, con lo que tendrá que volver a amarrar en el dique.

La compañia, no obstante, remarca que «desde el primer momento hemos mostrado la voluntad de encontrar soluciones» y por ello ya buscan un silenciador para incorporar a los motores.