Impresionante imagen de Carlos Roca mientras recita su pregón y la plaza, abarrotada, escucha atenta. | Gemma Andreu

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Las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia quedaron ayer oficialmente inauguradas con el primer toc de fabiol y el acto del pregón, que protagonizó el periodista Carlos Roca, con una intervención en la que hizo referencia a multitud de personas, entidades y establecimientos típicos que ayudan a conformar la personalidad y el carisma de la ciudad de Maó.

Abrió el acto la alcaldesa, Águeda Reynés, quien recordó la esencia de las fiestas, los caballos, y habló del sentimiento que representa esta celebración, a la vez que reivindicó este mantenimiento de la tradición y sus valores «que aprendimos de nuestros abuelos y padres».

La intervención de la alcaldesa tuvo también su momento emotivo, cuando se refirió a aquellos que «echamos en falta y que no están con nosotros» en estas fechas de fiesta y celebración. Palabras que quedaron entrecortadas entre lágrimas, y que los asistentes en la plaza contrarrestaron con gritos de ánimo.

Antes de ceder el turno al pregonero, irrumpió en la Plaça Constitució la junta de caixers, y saliendo desde la parroquia de Santa María se dirigió hasta las Casas Consistoriales, al son del tambor y entre los aplausos del gentío.

Ya a las puertas del Ayuntamiento, la fabiolera Laura Guàrdia solicitó autorización a la alcaldesa en el balcón, y tras recibirla, entonó el primer toc de fabiol, que daría paso a una ovación del público.

El pregón

El periodista Carlos Roca ofreció un pregón lleno de recuerdos, mencionando a muchos personajes, lugares y situaciones vividas a lo largo de los 21 años que pasó en Maó.

El radiofonista dedicó los primeros minutos a definir lo que es para él Maó, a partir de su experiencia después de 31 años, el tiempo que hace que llegó a la ciudad, y enumeró las características que hacen de Maó «algo tan especial para mi». Son «sus calles, sus plazas, su puerto natural con su inconfundible olor a mar, su luz y su cielo, la convierte en un lugar de referencia en cuanto a su belleza, así como destino turístico». Pero, sin duda, «lo que la hace tan especial (a Maó) es su gente».

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Una de las frases que más gustaron al público fue el parafraseo que hizo Roca de la canción de Nino Bravo que dice que «cuando Dios hizo el edén pensó en América», y aseguró que «en realidad pensó en Menorca, y le dio un corazón que tiene pulso y se llama Maó».

Recuerdos con cariño

El informador murciano hizo un recorrido por Maó a través de sus gentes, haciendo especial mención a una gran cantidad de personas que, por algún motivo, recuerda con estima. Así, surgieron nombres como Tóbal y Paquita de la librería Tramontana; Rafa Ayala; Miquel Camps, que a pesar de su parecido «no somos hermanos»; o el padre Vicente Macián. Y compañeros periodistas de su etapa profesional en la Isla, como Magda Juan, Diana Font, Miguel Juan Urbano, Pere Melis, Javi Dolfo, Josep Pons Fraga o Bosco Marquès.

Roca recordó también establecimientos, como el American Bar, Can Senyalet, La Mirada, Es Ficus o La Ceres, que «yo creo que es la panadería que abre más tarde del mundo», frase que recibió también muchos aplausos.

Con su radiofónica voz, el pregonero se refirió al Grup de Pessebristas de Maó, a las colles de geganters de Maó, a Caritas por su enorme labor en estos tiempos, y al grupo Va Gros, por su empuje musical «contagioso». Además, no dejó pasar la oportunidad para acordarse de los más mayores, «porque una sociedad que olvida a sus mayores está condenada a desaparecer».

Quizás una de las frases con más humor y más aplaudidas fue sobre la expresión menorquina «anar a fer un mos», que dio pie para referirse al futbolista Luis Suárez que «ha decidido pasar sus vacaciones en Menorca porque aquí puede hacer un mordisco sin ser sancionado».

Ya por último, y tras recordar a su familia y también a aquellos que le recibieron en la Isla cuando llegó en 1983, Carlos Roca concluyó, rotundo, diciendo que «algunas veces he escuchado que Maó es una ciudad pequeña, porque piensan en el censo (...), pero yo quiero decirles que se equivocan, Maó es una ciudad grande, y es grande porque su gente, toda su gente, ¡es grande!», última frase que fue contestada con otra ovación por el público.

Vea el pregón pulsando aquí