Desde septiembre de 2012 los menorquines tienen que sacarse el certificado para poder volar. Un trámite engorroso que desaparecerá para la mayoría cuando termine el mes de octubre

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La cuenta atrás ha empezado. Queda menos de un mes para que los viajeros menorquines ya no tengan que mostrar el certificado de residente para beneficiarse de la bonificación del 50 por ciento en sus desplazamientos nacionales. El 1 de noviembre concluye el plazo que el Gobierno dio a las compañías aéreas y navieras para implantar el sistema SARA de validación automática de la residencia y las agencias de viajes reconocen que cada día que pasa es más fiable, aunque todavía no está libre de problemas.

Según calculan está funcionando perfectamente en aproximadamente el 90 por ciento de los casos, siempre y cuando no se produzcan errores a la hora de introducir el nombre del pasajero, una situación habitual, aunque cada vez menos, ya que para que el sistema reconozca al usuario este debe escribir el nombre exactamente igual como figura en el padrón.

Más allá de esos problemas puntuales, la gran mayoría de las compañías aéreas y navieras ya operan con el sistema SARA, con una sonada excepción, la de Ryanair, cuyo servicio de comunicación informaba hace unos días de que «se están realizando gestiones junto al Ministerio de Fomento para su implantación definitiva».

En cualquier caso, los eventuales problemas que puedan surgir en los primeros meses de la implantación del sistema en la low cost irlandesa, la más reticente a adoptar la medida, no afectarán a las rutas menorquinas ya que Ryanair abandonará sus operaciones en Menorca el próximo 25 de octubre y no tiene previsto volver hasta finales de marzo.


Excepciones

A partir del 1 de noviembre, en algunos casos seguirá siendo necesario presentar el certificado. Un claro ejemplo es el de aquellos que cambien de residencia, ya que el trámite de remisión de los datos al Gobierno y su introducción en el sistema pueden demorarse hasta dos meses. También ocurrirá en el caso de que sea la primera vez que se vuela o que los datos que figuran en el Documento Nacional de Identidad (DNI) no coincidan con los de la residencia actual.