Los clientes de estos locales se sientan en sus sillas menorquinas sin mesa enmedio | Karlos Hurtado

TW
5

Si esta mañana acude a desayunar al local «La Lola» de la Plaça des Pins de Ciutadella y se le ocurre sentarse en la terraza, no se extrañe si, al buscar acomodo bajo la sombrilla, ve que no hay mesa. Ni piense que los gestores del establecimiento, Manolo Ortiz y Lucrecia Canet, se la han dejado olvidada dentro. Sencillamente, la nueva ordenanza municipal de ocupación de la vía pública, la misma que sí les permite tener -y les cobra- terraza con sillas y sombrilla, les impide colocar mesa alguna.

El artículo 30 de la normativa no solo circunscribe esta prohibición a los negocios de comida para llevar, sino que la hace extensiva también a las heladerías, kebaps, churrerías y tiendas de venta de golosinas o frutos secos.

Quejosos de tan «absurda» situación, Manolo y Lucrecia han promovido una campaña de recogida de firmas «a favor del cambio de la ordenanza» que ya ha recabado más de 150 adhesiones en apenas unos días. Y han llevado el formulario a otros establecimientos que padecen idéntico problema para constituirse en agrupación comercial y, una vez reunidas un mínimo de 500 firmas, presentar la instancia correspondiente en el Ayuntamiento.

«Los turistas son los que más flipan con ésto», afirma Lucrecia. «Y lo bueno -dice su pareja- es que una situación así no se da en ningún otro pueblo de la Isla. Solo en Ciutadella». De hecho, los restantes negocios de restauración de Es Pins, al tener licencia de bar o cafetería, sí pueden poner mesas en sus terrazas. «Pero esto el cliente no lo sabe y, lógicamente, se extraña».

Los responsables de «La Lola» quisieron eludir este inconveniente sacándose la licencia de bar pero, al haber una vivienda en el primer piso del edificio que ocupan, la ordenanza también se lo impide. Así que, hecha la ley hecha la trampa, han ideado un tablero que, cogido al resposabrazos de ambas sillas, permite depositar encima el vaso o plato que el cliente esté consumiendo. Y así seguirá funcionando, hasta que la queja llegue al Ayuntamiento y se valore si cabe o no modificar la ordenanza.