Más de 50 personas han participado en el simulacro en el que el objetivo era ver cómo reaccionaban los actores implicados en un caso de emergencia. | Javier Coll

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Cinco muertos. Cinco heridos graves, ocho leves y 14 personas ilesas. Este es el balance del siniestro aéreo ocurrido este jueves en el Aeropuerto cuando un avión se ha partido en dos por causas que se desconocen cuando realizaba la maniobra de aterrizaje. El suceso, agravado con un incendio, ha movilizado a más de 20 efectivos y, lo más importante, todo se ha quedado en un simulacro.

Las alarmas han saltado a las 10:03 cuando se ha notificado el accidente aéreo. En ese momento se han coordinado una operación en la que han participado miembros del Cuerpo de Bomberos del aeropuerto, del Consell Insular, personal sanitario del 061, del Centro de Captación de Urgencias Médicas, de las ambulancias, del Mateu Orfila, miembros de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local de , la empresa de seguridad Trablisa, de la Cruz Roja y de Iberia Handling, entre otros.

La cabecera norte de la pista de aterrizaje del Aeropuerto ha sido el escenario de un simulacro de accidente con una maqueta de avión a escala real hecha con varios contenedores de la que salía humo y en la que se han rescatado los cinco cuerpos sin vida, representados por cinco maniquís. A causa del impacto, 27 de las 32 personas que iban a bordo han salido despedidas y los miembros de seguridad han tenido que buscar heridos entre la maleza que rodea la pista de aterrizaje.

"En este tipo de operaciones lo que buscamos no es la espectacularidad de la puesta en escena sino cómo se coordinan los actores participantes y ver dónde se falla para saber qué se tendría que hacer en caso de accidente real", explica Abelardo Olives, miembro de la dirección del Aeropuerto.

En este sentido, se ha seguido el Plan Integral de Autoprotección del Aeropuerto, cumpliendo la normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional que recomienda que se realicen este tipo de simulaciones periodicamente. "El plan consiste en tres libros pero también lo que se valora es el uso del sentido común en un caso como éste y evitar que se apoderen de la situación los nervios", detalla Olives.

El ejercicio ha sido supervisado por varios observadores que han evaluado las diferentes actuaciones para posteriormente realizar una valoración. La situación, a la que le ha faltado algo de intensidad y rigor por parte de los implicados, ha contado con escenas que deberán corregirse de cara a un futuro como el traslado y la atención a los heridos.

La primera ambulancia, en 20 minutos

Maó

Los bomberos del Aeropuerto han sido los primeros en llegar al escenario a los pocos minutos, seguidos de sus homólogos del Consell, de la Guardia Civil y miembros de Trablisa. La primera ambulancia, de soporte vital básico, ha llegado a las 10:23 mientras que la de soporte vital avanzado lo ha hecho a las 10:29. En este sentido, Olives precisa que "el tiempo que han tardado va en función de dónde se encuentren en el momento del accidente, si están en el hospital lo normal es que no tarden más de 10 ó 15 minutos".

El simulacro contó, además, con un gabinete de crisis en el que los familiares de las víctimas eran atendidos por personal del Aeropuerto en el Edificio Terminal, donde se habilitaron una serie de zonas para los heridos de distinto nivel, mientras que los graves fueron trasladados al Mateu Orfila, donde finalizaba el protocolo de traslado.

El tipo de vuelo ideado correspondía a un avión pequeño, con 32 personas a bordo de los que cuatro eran miembros de la tripulación. El ejercicio ha contado con la participación, como figurantes, de estudiantes de Enfermería de la UIB, así como de Auxiliar de Enfermería, del IES Cap de Llevant, y voluntarios de la Cruz Roja.