Dos residentes en la casa de Maó, reformada en 2012, en la sala de la televisión | Javier Coll

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Diez personas sin hogar pasarán estas Navidades en las casas de acogida de Maó y Ciutadella, dependientes desde enero de 2012 por ambos ayuntamientos. Los dos centros registran una baja ocupación en estas fechas, cuando están a punto de cumplirse tres años de gestión municipal, ya que salvo entradas de última hora, son cuatro los usuarios que residen en la casa de Ciutadella y seis en la de Maó, una cifra total que supone el 41 por ciento de las camas que ofertan entre ambos inmuebles.

En la casa de la calle des Negres de Maó lo que sí registra un lleno es el comedor social, con 17 comensales que recurren a este servicio, antes situado en el local de la Iglesia Evangélica y que al hacerse cargo el Ayuntamiento de la casa de acogida se reubicó en el mismo edificio. En Ciutadella, en cambio, no hay comedor pero sí se ofrece a los residentes desayuno, un bocadillo al mediodía y cena caliente; a partir de las 19.30 también se ofrece la posibilidad de que los residentes hagan su colada y se puedan asear.

El último cuatrimestre, la casa de la calle Ciutat de Oristano en Ciutadella «ha estado bastante vacía», aseguran los técnicos del área social. Todo lo contrario a lo sucedido en abril de 2012, cuando usuarios de Ciutadella tuvieron que ser trasladado a la casa de Maó por falta de espacio. «Es una situación que no se ha vuelto a repetir», señala la concejala de Servicios Sociales, Francisca Marquès, quien destaca que el funcionamiento es «normal» y que el seguimiento de los residentes es «personalizado, para que vuelvan a tomar las riendas de su vida».

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