El teatro se cerró en febrero de 2006 por seguridad. El proceso de tramitación, proyección y ejecución de las obras de reforma se ha prolongado nueve años. Pero falta subsanarlas y licitar e instalar la dotación del escenario

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El Ayuntamiento de Ciutadella advirtió ayer, en boca de su concejal de Cultura, Auxiliadora Pons, que, si no se subsanan todas las deficiencias con las que se recepcionó el Teatre des Born, «acometer su necesario equipamiento escénico nos saldrá más caro». Y no bastarán los 600.000 euros que ya se han comprometido a aportar para este fin el Consell insular y el Govern balear.

Tras evaluar con los servicios técnicos el escrito del Ministerio y el informe adjunto del arquitecto que dirigió las obras de reforma, el equipo de gobierno ha decidido «reiterar» a Fomento que le remita una copia del proyecto modificado para así comprobar si éste llegó a «supervisar» los cambios. «Hasta ahora, y pese a que lo hemos pedido en diversas ocasiones, no tenemos constancia de que estas actuaciones fueran autorizadas por el Ministerio», resumió ayer la concejal, quien teme que el arquitecto llegara a «actuar por libre».

«Nos sorprende sobremanera que la Subdirección General de Arquitectura pudiera haber dado luz verde a actuaciones que no se sostienen por ningún lado», incidió Auxiliadora Pons, quien volvió a recalcar que, «en contra de lo apuntado por el arquitecto, el Ayuntamiento nunca pudo informar este proyecto modificado, y eso que, como administración más cercana y propietaria del edificio, nos correspondía participar de forma directa en este proceso».

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De hecho, la mayoría de las 66 presuntas deficiencias detectadas por los técnicos municipales corresponden, según el arquitecto Josep Mria Forteza, a actuaciones contempladas en el proyecto modificado, «y nosotros nunca pudimos consultarlo previamente. Tampoco el Ministerio nos ha certificado oficialmente que lo hiciera».

Los últimos informes emitidos por los técnicos municipales, recuerda la edil, fueron suscritos por la arquitecto y el director de Cultura, «pero solo para validar aquellas obras que comportaban una afectación al Plan General de Ordenación Urbana en vigor».

Ni siquiera el reportaje fotográfico de las seis visitas realizadas por ella y el hoy alcalde entre 2012 y 2013 prueba que el Ayuntamiento fuera consultado al respecto.

«En todas las ocasiones tuvimos que pedir permiso previo al Ministerio y esperar a que el arquitecto, que reside en Valencia, nos acompañara durante el recorrido. Pero en ninguna de las visitas se pudo supervisar más que el efecto general de los trabajos». La sorpresa vino después.

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