La concejal de Cultura el 24 de septiembre, el día que se recepcionaron las fallidas obras de reforma del teatro. | Josep Bagur Gomila

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El Ayuntamiento de Ciutadella quiere gastar 18.331,50 euros en encargar a otra empresa externa la revisión del proyecto de equipamiento escénico del Teatre des Born que el arquitecto que dirigió las obras de reforma, Josep Maria Forteza, está obligado a acometer de todas maneras y gratis, sin sobrecoste alguno, porque así lo estipula el contrato de 156.040 euros que aún le vincula a la administración.

Este hecho, denunciado ayer por el concejal de UPCM, Joan Triay, también ha sido advertido por la propia secretaria de la corporación, que el 17 de febrero (un día antes de la aprobación en Junta de Gobierno del convenio con el Institut d'Estudis Baleàrics para la financiación de la dotación escénica) ya pidió una aclaración a la concejal de Cultura «para poder efectuar el control de la legalidad que me corresponde. Si ya hay un proyecto de equipamiento, ¿por qué se contrata la redacción de otro?», preguntó.

Pero hasta la propia concejal Auxiliadora Pons desconocía entonces este extremo, como demostró días antes en el pleno, al afirmar que «me parece que el proyecto de equipamiento no se le adjudicó al arquitecto».

Lo cierto, no obstante, es que tras la advertencia de ilegalidad de la secretaria tuvo que modificarse a toda prisa el convenio para explicitar que lo que se va a encargar ahora no es ya un nuevo proyecto de equipamiento escénico sino la «revisión» del ya existente. El mismo que incluyó Josep Maria Forteza en su reforma del teatro y que, a decir del propio arquitecto, contiene aspectos «claramente desfasados» y con precios que el área de Cultura considera «desorbitados» y con «diferencias abismales» sobre los ofrecidos por otras empresas.

Aún así, en septiembre el arquitecto dijo estar «plenamente de acuerdo» en la «necesidad» de redactar un nuevo proyecto «que recoja tanto la realidad del teatro como de la economía actual». Y este cometido, conforme a lo dispuesto en su contrato, le corresponde a él «en los cinco años siguientes a su finalización».