Puerta de entrada al Lazareto, la antigua instalación sanitaria del puerto de Maó en la que personas y barcos cumplían la cuarentena.

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El pasado 1 de abril se hizo efectiva una reivindicación histórica, el traspaso de la titularidad y la gestión del Lazareto de Maó al Consell. A partir de ahora se abre un proceso de definición de los usos de las edificaciones y de búsqueda de fórmulas para su mantenimiento sin que ello «tenga un coste para los menorquines», afirmó ayer el presidente del Consell, Santiago Tadeo.

El gobierno del PP mantiene que la gestión debe ser público-privada, y el modelo que servirá de inspiración para el futuro del Lazareto es el que se aplica en La Mola, el antiguo recinto militar, ahora adscrito al Consorcio del Patrimonio Histórico-Militar del Puerto de Mahón y de cuya explotación se encarga la empresa Cordial Hotels. El sector privado se encargaría así de gestionar la parte de alojamiento «siempre con unas pautas que marcaría la administración», subraya Tadeo, y la parte pública se centraría en la vertiente cultural, académica y científica, potenciando las actividades de congresos, la Escuela de Salud Pública o que puedan desarrollar universidades.

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