Cendra, muy discreta, se queda quieta cuando detecta droga en un vehículo. | Gemma Andreu

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Son agentes de la policía y tienen un envidiable olfato. Se llaman Cendra y Ares y en su corta edad ya han merecido el dorsal que les acredita como saig. Su nobleza, temperamento y esfuerzo permanente por trabajar y obedecer, además de la profesionalidad en su labor policial les ha unido para el cometido de detectar sustancias estupefacientes. Son dos grandes agentes... eso sí, a cuatro patas. 

La Unidad Canina de la Policía Local de Alaior, primera en crearse de la Isla, se puso en marcha el mes de septiembre de 2013 y la valoración de sus responsables es más que positiva. Los dos agentes se formaron en la Academia de Seguridad Pública de Extremadura y tras iniciar su andadura con Max y Xica, un perro alemán y un golden, desde hace un año trabajan codo con codo con Cendra y Ares, dos pastores belgas malinois de dos años y medio y un año y medio, respectivamente. «Se trata de una raza hecha para el trabajo» no por su físico sino por su deseo de complacer y no defraudar a su dueño.

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