Representantes de partidos políticos y de instituciones culturales pudieron comprobar el estado del edificio | Josep Bagur Gomila

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Gane quien gane las elecciones, el Ayuntamiento reclamará responsabilidades al Ministerio y al arquitecto de las obras del Teatre des Born para que asuman la reparación de las deficiencias pendientes y así pueda agilizarse la reapertura, que la mayoría de candidatos ve aún lejana en el tiempo.

«Ahora mismo es inviable», dijo Juanjo Pons horas después de que, junto al resto, visitara el teatro para palpar «el despropósito» generado por la reforma. «Los técnicos ya analizan las modificaciones del proyecto original para así fundamentar la futura reclamación», anunció, y reprochó que varios defectos sean fruto de «la mala previsión del proyecto inicial de 2009» que, entre otras carencias, «ha causado la mala visibilidad de las butacas del gallinero».

Noemí Camps (PSOE) y Joan Triay (UPCM) sostienen que la reclamación debe formularse también por vía penal. Y culpan al actual gobierno del PP por su «falta de seguimiento de las obras» y por «la negligencia de no saber ni siquiera lo que habían firmado», cuando la concejal de Cultura, Auxiliadora Pons, dio por bueno con su rúbrica el estado en que se le traspasaba el edificio. La socialista pidió incluso un peritaje externo para saber si pueden imputarse nuevos arreglos al Ministerio y el arquitecto.

«La gestión ha sido nefasta», deploró Joana Gomila, quien animó a compaginar la reclamación de responsabilidades con el debate sobre la gestión del teatro y la urbanización de las aceras y el tramo final de Sa Muradeta, «que el Ayuntamiento puede acometer de todas formas».

«Es hora de aparcar las diferencias políticas y unirse», arengó Nati Benejam, para quien ver el Teatre des Born en tan lamentable estado «te rompe el corazón. Nos han estafado».