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El concejal de UPCM que presidió la comisión política que investigó los hechos en el Ayuntamiento de Ciutadella, Joan Triay, resaltó este martes tras declarar ante el fiscal Pedro Horrach el papel decisivo jugado por el entonces teniente de alcalde de Urbanismo, Avel·lí Casasnovas, en todas las operaciones.

Fue «a propuesta» del entonces edil y presidente del PP-Ciutadella, recuerda, que se consumó la permuta de Can Saura Morell por el solar de la 'joya de la corona', que se pagó un millón más por el edificio que el precio por el que había sido ofrecido al Ayuntamiento, que se canjeó a los empresarios de la trama a bajo precio el único terreno apto para acoger una gasolinera en el municipio, y que se transmitió a estas sociedades una parcela de Dalt Sa Quintana que, ocho meses después, fue revendida casi 1,1 millones de euros más cara. «Si esto no es otro fenomenal 'pelotazo' urbanístico, que venga Dios y lo vea», apuntó.

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Triay, quien se congratula de «haber trabajado para el pueblo de Ciutadella, porque tenía derecho a saber», lamenta la actitud de los cinco concejales del entonces grupo popular en la comisión que esclareció los hechos. «Se esperaba que colaborasen, pero se dedicaron a obstruir, enredar e intentar diluir las responsabilidades de sus amigos. Mientras PSOE y PSM trabajaron codo con codo con UPCM en la defensa del interés general del 99,99% del pueblo, los miembros del PP en la comisión se dedicaron a 'trabajar' para el 0,01% restante: los Gel-Fux, Fetosi y algún que otro 'amigo'».

Así que, reprende Triay, «lo que deberían haber hecho desde aquel equipo de gobierno del PP, en lugar de procurar ocultar la verdad, es pedir disculpas a toda Ciutadella por el perjuicio irreparable causado, principalmente desde Turismo y Urbanismo. Pero optaron por el recurso mucho más fácil y mucho menos decente de lanzar cortinas de humo y contar fábulas».