Imagen de las retenciones que se han producido este martes | Josep Bagur Gomila

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Menorca se encuentra en el ecuador de la semana más multitudinaria del año, con cerca de 200.000 personas en la Isla. La gran mayoría de ellas desea visitar playas paradisíacas como Son Saura, Cala en Turqueta y Macarella, situadas al sur de Ciutadella, pero su capacidad para absorber bañistas es limitada.

Antes de las 8.30 de la mañana algún panel informativo ya cuelga el «completo». Sin embargo hay quien decide probar suerte igualmente, incluso hace caso omiso a los avisos de los controladores y persiste en su objetivo de encontrar espacio en un parking lleno.

Tal ha sido la avalancha de vehículos que desde el martes, la Policía Local interviene para regular el tráfico. Se sitúan en el Camí de Sant Joan de Missa y cierran el paso a los coches si no reciben órdenes de los controladores de que hay plazas libres para aparcar en las zonas habilitadas. Las motocicletas sí pueden pasar el control policial e ir a la playa.

Los estrechos caminos han provocado algunas veces complicaciones, ya sea para maniobrar y dar media vuelta, cuando se encuentran dos vehículos de frente o creándose atascos. En este sentido, desde la Policía se apunta que en caso de una emergencia sería muy complicado el paso de bomberos, ambulancias o los propios cuerpos de seguridad.

Este miércoles la policía controló los accesos durante dos horas, de 11 de la mañana a 13 horas, cuando se abrió el paso, coincidiendo con que muchos vehículos vuelven de la playa.

Está previsto que el dispositivo policial de control de los accesos se mantenga unos días más, ante la gran afluencia de coches que diariamente acuden a las playas y no se descarta que se alargue hasta finales de agosto, cuando se reduzca el volumen de visitantes.