La ausencia de grúa se ha cubierto a menudo con la contratación puntual y dispersa del servicio. | Archivo

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La remota posibilidad de que el Consejo de Administración de Autoridad Portuaria desestimara el informe de la comisión técnica que analizó la oferta para el varadero del Cós Nou se esfumó ante la contundencia de las conclusiones.

La voluntad política para salvar el proceso se estrelló ante nueve incumplimientos graves del pliego de condiciones, de forma que ni se garantizaba la viabilidad del proyecto ni la cobertura de algunos servicios exigidos. Algunas deficiencias detectadas hacen referencia al vallado de la superficie, la plataforma de hormigón, la construcción de una nave y algunas inversiones exigidas. Una resolución en otro sentido, la adjudicación, «habría hipotecado el varadero durante 32 años», según explicaron fuentes del Consejo celebrado ayer tarde en Palma. El presidente de Autoridad Portuaria, consciente de la falta de respuesta a una necesidad patente de servicio, expresó en el seno del consejo su compromiso por plantear una gestión transitoria del varadero. Joan Gual de Torrella se trasladará la semana próxima a Menorca con el propósito de estudiar con el sector y con las instituciones locales una solución provisional que pueda dar satisfacción momentánea a la actividad portuaria, según informó Vicenç Tur, teniente de alcaldía de Maó responsable del puerto y miembro del Consejo de Administración de APB. Ante el segundo fiasco que ha cosechado la concesión pública del Cós Nou, los empresarios han concentrado su reivindicación en la necesidad de contar con el servicio de grúa y apelan a la responsabilidad de la Administración portuaria para su puesta en marcha, independientemente de la fórmula definitiva para la gestión del varadero.

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