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Pese a la ausencia de dos de sus concejales, el gobierno tripartito del Ayuntamiento de Ciutadella impuso su mayoría en el pleno celebrado este jueves para acordar la supresión del Himno nacional durante la procesión de Els Tres Tocs de Sant Antoni, con el pretexto de que «no es obligatorio»; y, con el voto de calidad de la alcaldesa, rechazó expresar su condena institucional a la «declaración unilateral de independencia» promovida por CDC, ERC y la CUP en Cataluña.

Ni el PSOE aceptó tal cual el redactado de la moción que había hecho UPCM ni Joan Triay toleró que los socialistas «desvirtuaran» su propuesta, lo que hizo que éstos se abstuvieran, dejando la última decisión en manos de la alcaldesa.

«Cataluña ya es una de las regiones con mayores cotas de autogobierno de Europa», sostuvo Triay, para quien el PSOE es «incoherente» al esgrimir su candidato Pedro Sánchez una bandera de España en los actos y luego, en Ciutadella, «votar lo mismo que los concejales que juran el cargo por imperativo legal o se expresan a favor del derecho de autodeterminación». «España no puede ceder al chantaje», agregó el popular Juanjo Pons.

Pese a apostar de igual forma por la unidad de España, la portavoz del PSOE, Noemí Camps, no logró seducir a la oposición con su apuesta por «un nuevo pacto territorial y una reforma de la Constitución» que dé respuesta al separatismo catalán mediante el «diálogo» y en el seno de un Estado federal.