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El GOB se ha puesto manos a la obra y ya ha redactado un documento base sobre el que empezar a trabajar con el objetivo de establecer unos criterios consensuados a la hora de instalar un parque de placas fotovoltaicas o de energía eólica en suelo rústico.

Ante la necesidad de que las energías renovables tengan cada vez un peso más importante en nuestra sociedad se abre el debate sobre el impacto que generan estas instalaciones en el paisaje y el entorno.


Al ser, todavía, un ámbito poco regulado se hace necesario encontrar puntos de acuerdo que faciliten el impulso de las renovables a la vez que se evita el deterioro del paisaje y del patrimonio etnológico, unos de los principales atractivos de Menorca.

El coordinador de la entidad ecologista, Miquel Camps, explica que han elaborado un primer documento, como punto de partida, «abierto a colectivos con otras sensibilidades, para que puedan hacer sus aportaciones».
 
Propuestas
La instalación de parques de energía fotovoltaica y eólica no pueden superar una afectación total del territorio superior a los 150.000 metros cuadrados. Tampoco pueden construirse en suelo protegido, ni deben comportar la alteración del terreno, la tala de árboles, afectar a bienes de valor arquitectónico ni abrir nuevos caminos en suelo rústico.

Además las estructuras deben ser desmontables, recuperables y reciclables. Asimismo los parques solares no podrán ser vistos desde la carretera, no se podrán eliminar parets seques y no se podrá usar cemento en la fijación de las placas. Los aerogeneradores, por su parte, deberán instalarse a una distancia mínima de un kilómetro de zona urbana residencial o turística.

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