Reforma del Claustre de Sant Diego, una de las obras públicas de los últimos años

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La economía menorquina registró una aceleración del 3.3 por ciento en el tercer trimestre del año, un dato de crecimiento superior al de Mallorca y Eivissa, que tradicionalmente presentan mejores números. El análisis aludía al tirón de la industria y la construcción como principales factores, si bien hacía referencia al ámbito balear. Los constructores menorquines reconocen que se ha recuperado actividad, pero no la suficiciente como para tener ese nivel de incidencia en la mejora del Producto Interior Bruto insular.

«Hace un año cuando empezó a notarse la mejoría, que para nosotros es tener trabajo, hay que tener en cuenta que veníamos de una situación de ajuste, empresas que no han sobrevivido, otras que han hecho reducción de personal o jubilaciones anticipadas. Ahora parece que hay más actividad, pero queda mucho miedo latente», asegura Paco Cardona, delegado en Menorca de la Asociación de Constructores de Baleares.

Números

La estadística es balear y en ese contexto no hay por qué desmentir el peso real de la construcción en el crecimiento económico, «la estadística balear es una y la menorquina, otra. Eivissa prácticamente no ha notado la crisis y Mallorca avanza más deprisa. En Menorca siempre nos movemos en condiciones distintas», agrega, al recordar la Norma Territorial Transitoria, que se ha gestado durante cuatro años, y ahora la anunciada revisión del PTI, procedimientos que no discute, a pesar de la inestabilidad que producen.

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