Antoni Riera | Archivo

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El director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, auguró ayer que Menorca seguirá este año la misma senda de crecimiento económico de 2015, pero «alentada por factores externos: la caída del precio del petróleo, los bajos tipos de interés que mejoran la liquidez de los bancos y la depreciación del euro». Por eso, llamó a «aprovechar los vientos de cola favorables para construir un nuevo modelo que oriente la economía hacia la exportación. En caso contrario, cuando esta inercia a favor se acabe, la bonanza puede también venirse abajo».

Riera remarcó que, en contra de lo que se sostenía tradicionalmente, «la evolución económica cada vez está más disociada del crecimiento demográfico» de una sociedad, por lo que la pérdida de población que Menorca ha registrado estos dos últimos años -hasta 2.835 habitantes menos- ha coincidido con el inicio de la recuperación en la Isla.

«Menorca es el territorio balear con la economía más plana y que, por tanto, menos acusa los momentos de boom o recesión», apunta Riera. «De ahí que también haya sido la Isla que más tarde ha iniciado la recuperación que Mallorca empezó a notar en el segundo trimestre de 2013». De hecho, no ha sido hasta 2015 que Menorca ha vuelto a marcar unos índices de Producto Interior Bruto (PIB) en positivo.

El antiguo experto del Centre de Recerca Econòmica (CRE) de Sa Nostra avisa de que Menorca debe «reorientar» su economía hacia la exportación «porque, en un mundo globalizado como el actual, su mercado ya no debe reducirse exclusivamente a la población residente, sino al exterior. Debe ser capaz de crear productos de tecnología, turismo, ingeniería o industria que conciten demanda fuera de nuestro territorio. De esta forma, su desarrollo económico cada vez dependerá menos de la población que resida o no en la Isla».

¿El futuro pasa por el Centro Bit? «Sí, pero no basta. No hay que diversificar la economía de forma generalizada, sino solo en aquello en lo que Menorca realmente es buena. Cabe iniciar un proceso de transformación, hacia una especialización diversificada, que permita a la Isla ganar capacidad de venta de cara al exterior».

El problema, avisa Riera, es que «como la economía seguirá creciendo de todas formas en 2016, esta tendencia favorable puede frenar las ansias de cambio y hacer que, con el tiempo, se reproduzca el modelo anterior. Este es el peligro», advirtió.