Vehículos de alquiler estacionados en el polígono industrial de Maó a la espera de que comience la temporada turística | Javier Coll

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La Asociación de Empresas de Menorca de Alquiler sin conductor, federada a PIME, agrupa a 41 negocios, en su mayoría de escasa dimensión, aunque algunos disponen de más de un centenar de vehículos en su flota. Otras ocho empresas de tamaño medio se agrupan en Aebav y una decena de multinacionales y grandes empresas con presencia en la Isla defienden sus intereses a través de Baleaval, integrada en CAEB y presidida por el menorquín Toni Masferrer. Son sesenta firmas que se reparten desigualmente el mercado, las grandes marcas del sector absorben, en datos globales de las Balears, las tres cuartas partes.

El 1 de abril se suma a la competencia la empresa alemana Sixt rent a car, definida por empresarios afines como un monstruo que, al igual que Click, que se instaló hace unos años, son negocios que no solo alquilan sino que realmente se dedican a la compraventa y trabajan con precios bajos.

«A todo el sector importa, pero tampoco es un problema nuevo, otras empresas como Ok o Gold car hacen lo mismo. Cada año hay alguna empresa nueva, están uno o dos años y se van, Menorca no es un mercado atractivo porque necesitan mover muchos vehículos. Algunos llegan por compromisos con cadenas hoteleras», analiza María García, de PIME, quien reconoce que tampoco les hace gracia a las pequeñas empresas. Las multinacionales y en particular la agresiva política comercial que aplican es el problema más importante al que se enfrentan. «Nuestro punto fuerte es la seriedad, la atención al cliente y la recuperación de los que se han sentido engañados por ofertas de los grandes que terminan con un precio final más alto por los detalles de la letra pequeña», añade.