Es una de las pocas calles del casco antiguo que todavía tiene la calzada de cemento | Josep Bagur Gomila

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Más allá de su peculiar nombre, la calle Qui no Passa de Ciutadella necesita una puesta a punto para frenar la situación de deterioro en la que ha caído durante los últimos años.

En esta calle residen de manera permanente una quincena de familias, lo que significa que muchas de la viviendas están deshabitadas gran parte del año. De hecho, hay contabilizadas once residencias turísticas, además de dos inmuebles más que están en venta y en proceso de degradación y otros que se encuentran directamente abandonados desde hace algunos años. Esto ha provocado, según algunos vecinos, la proliferación de ratas y la llegada de palomas, que defecan en las ventanas y fachadas de las viviendas y que, en muchos casos, permanecen allí durante tiempo. Ésta es, precisamente, una de las quejas más generalizadas entre los residentes.

Sara Espina, quien desde siempre pasa épocas en la Isla, explica que se han visto «obligados a instalar pinchos en las ventanas para evitar los excrementos de las palomas, un hecho que afecta a la estética del casco antiguo». Recuerda que «hace años no había estas aves, han llegado como consecuencia del abandono de viviendas».

Sostiene que en los últimos años se han abandonado algunos inmuebles y que cuando ella era pequeña en la calle no había ni una sola casa vacía. Algo que, sin duda alguna, también ha contribuido al desgaste de la calle. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que durante la última década se han arreglado seis casas que se encontraba en situación de abandono.

Otra de las quejas vecinales es el mal estado en el que se encuentra el pavimento de la calle. Es de las pocas travesías del núcleo histórico que todavía tiene cemento. Además, está muy deteriorado.

Y es que la irregularidad de la calle favorece la aparición de charcos e inundacionescada vez que se producen precipitaciones mínimamente importantes. Ello conlleva, a su vez, la aparición de moho en algunas zonas húmedas y la caída de la pintura en las zonas bajas de las paredes. Los residentes en la calle Qui no passa coinciden en señalar la falta de mantenimiento por parte del Ayuntamiento. «El suelo de la calle es sucio, a veces barren y parece que no hayan limpiando», sostiene Espina.


Insistencia

Desde hace años los vecinos han hecho llegar sus reclamaciones al Consistorio. Hasta la fecha no han conseguido su objetivo, a pesar de que concejales y alcaldes les han dado la razón en diversas ocasiones, reconociendo las deficiencias que acechan la travesía.

Sin embargo, el argumento que escuchan una y otra vez los vecinos de la calle siempre se repite, falta de presupuesto.