En concreto, las becas de comedor en Menorca se han duplicado. En el curso pasado, cuando las ayudas se convocaban todavía por trimestres, oscilaron entre los 51 y los 62 beneficiarios. El importe medio de las becas otorgadas ronda los 600 euros, pero con importantes oscilaciones entre los 106 euros y los casi 900, en función del uso que se hace del servicio. El total de las ayudas que llegan a Menorca es de 71.538 euros.
Los motivos de este incremento son varios. Por un lado, han aumentado las peticiones. El curso pasado se quedaron por debajo del centenar en algunas de las convocatorias, pero en esta ocasión han sido 163, de las cuales 43 se han rechazado por distintos motivos.
El delegado Joan Marqués explica que se ha hecho un esfuerzo por hacer llegar la información a muchas familias que son potenciales beneficiarias de las becas, pero que habitualmente no las pedían. En esta labor ha sido importante la labor de algunos ayuntamientos, como el de Maó, que a través de su área social ha avanzado el coste del servicio a la espera de la concesión de las becas. Desde la FAPMA, todavía cautos a la hora de realizar valoraciones, explican que la información ha fluido también esta vez hacia las distintas asociaciones de padres.
Ha ayudado el nuevo sistema, no ya por trimestres sino mediante convocatoria única en el curso. Además se ha llevado a cabo a mediados de periodo lectivo, y no cuando este ha finalizado, como a veces ocurría. La voluntad de la Conselleria es convocar las becas del próximo curso 2016/2017 este abril, con la idea de que las clases comiencen con las becas ya concedidas o denegadas. De este modo se despeja el factor incertidumbre en el seno de las familias.
Este año ha aumentado también la dotación económica. Y lo volverá a hacer de cara al próximo ejercicio, hasta situarse en los 1,5 millones de euros.
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Si el Consell y las autonomías cerrarán, no habría que dar ayudas porque previamente no se le habria expoliado a la gente ni a las empresas ese dinero vía impuestos, y en consecuencia habría menos paro y la gente podría pagar los comedores. No hace falta ser economista para llegar a esta reflexión. Yo no lo soy.
Segur que aquí no apareixen els crítics habituals amb els nous governs. Això no és notícia. Els calés que es perden per no fer les rotondes sí que són per indignar-se.