La clausura temporal de la celda III en diciembre de 2014 generó una situación de emergencia que alteró el correcto funcionamiento de la planta. | Archivo

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Las obras para reparar la celda III del vertedero de Es Milà, clausurada desde diciembre de 2014, estarán acabadas a finales del mes julio. Ello implica que en agosto la celda ya estará completamente disponible para verter residuos, lo que posibilitará poner fin a la saturación de las instalaciones, que está a punto de llegar al límite de su capacidad. Además servirá para trasladar la basura que se ha ido acumulando en otros espacios del vertedero, debido al cierre de la celda por deficiencias en su impermeabilización.

Pese a que los trabajos, ejecutados por el nuevo concesionario de la gestión (UTE Es Milà), no concluirán hasta bien entrado el verano, la celda clausurada podrá ser utilizada parcialmente antes. Ello se debe a que las obras, iniciadas el 22 de marzo, se han dividido en dos fases. La primera acabará este mes y ya podrá ser utilizada este mismo abril, antes de que la celda E (que es el único espacio disponible para almacenar residuos) llegue al máximo de su capacidad, explica la directora insular de Reserva de Biosfera, Irene Estaún.

La Comisión Balear de Medio Ambiente aprobó ayer la modificación de la autorización ambiental, que permite los trabajos. Pese a ello las obras ya hace dos semanas que están en marcha, gracias a que el presidente de la Comisión Balear de Medio Ambiente el 16 de marzo dictó una resolución de urgencia en la que se autorizaba el inicio de las obras.

En esa resolución, que fue ratificada este miércoles por el pleno de la Comisión, se exponen algunos cambios técnicos que tiene que seguir el concesionario para hacer las obras. Se detalla, por ejemplo, que la balsa de lixiviados (el líquido que generan los residuos) que actualmente tiene un volumen de 1.195 metros cuadrados «tiene que ser sustituido» por un depósito soterrado de hormigón armado con un sistema que permita enviar los lixiviados a una depuradora para su tratamiento.

El depósito tendrá un volumen de 1.800 metros cúbicos, con una superficie de 730 metros cuadrados y una altura de 2,8 metros. Estará impermeabilizado exteriormente por pintura asfáltica, una lámina geotéxtil y una capa de grava, mientras que interiormente quedará revestido por una geomembrana para dotarlo de una doble impermeabilización.

Los trabajos para sustituir la balsa se prevé que duren entre cuatro y cinco semanas, y se acometerá en la última fase de las obras, en el mes de julio y en caso necesario la primera semana de agosto.