La alumna de la primera promoción de Magisterio, Pilar Ainsa, cerró el turno de intervenciones de los ponentes de la mesa redonda. | Gemma Andreu

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Ocho personas, de los ámbitos político, docente y estudiantil, que hace 18 años vivieron en primera persona la creación de la sede universitaria de la UIB en Menorca, han trazado un recorrido vital, y a la vez nostálgico, de la implantación de los estudios universitarios en Can Salort, en Alaior. Los testimonios, vertidos en la mesa redonda «Records del naixement de la Seu», han coincidido en subrayar las dificultades y la incertidumbre inicial, aunque también han recalcado que había sido una apuesta valiente y totalmente positiva.

El rector de la UIB, Llorenç Huguet, ha rememorado la controversia que existía sobre la creación de la sede universitaria en la Isla y las dificultades que tuvieron que superarse para materializar la iniciativa. «Las dificultades dieron paso a la fortaleza que demostraron todas las personas que asumieron el proyecto. El Consell, el Ayuntamiento de Alaior y otras instituciones estuvieron de nuestro lado», aseguró. Además, señaló que hasta el pasado año se habían formado 568 titulados.

El expresidente del Consell, Joan Huguet, recordó que la iniciativa de una sede universitaria generó un problema en el seno del PP, puesto que los ayuntamientos de Alaior y Ciutadella reivindicaban dicha sede. No obstante, la tensión fue a menos a raíz de la compra del Banco Central en Ciutadella para ubicar la sede del Consell insular. «Los resultados son muy positivos, ha sido una apuesta acertada y ha ofrecido la posibilidades de los estudios universitarios a muchos menorquines», aseguró.

El exalcalde de Alaior, Antoni Gómez Arbona, subrayó la importancia de que un menorquín fuera rector de UIB, lo que ayudó a impulsar la sede universitaria de Alaior. «Yo comparo la creación de la nueva sede con un embarazo difícil, que acaba con el nacimiento de un bebé con buena salud», puntualizó.

El exvicerrector de Ordenación Académica, Santiago Cavanillas, recordó que en 1996 a los pocos meses de la toma de posesión del equipo de Llorenç Huguet se impulsó la vocación pluriinsular de la UIB. «Resulta curioso que yo mismo, siendo navarro, y Jesús Salinas, donostiarra, tuvimos que poner en marcha el proyecto en Balears. Se creó un proyecto creativo, original e innovador», señaló.

El exdirector del Campus, Jesús Salinas, subrayó la involucración del equipo con un proyecto a largo plazo, con muchas aportaciones que mejoraron la idea inicial. También destacó el compromiso de la sociedad civil menorquina y la apuesta por la calidad. «Al principio se creía que sería una enseñanza de peor calidad, pero los seguimientos de la misma han sido muy positivos», afirmó.

El primer director de la sede, Lluís Garau, recordó que fue el encargado de dar a conocer el proyecto a los ayuntamientos y entidades políticas y ciudadanas. «Me acuerdo que el alcalde de Ciutadella nada más verme me dijo que 'quin gol mos han fotut'». También señaló que en los inicios su función fue la de canalizar las demandas y solucionar los problemas relativos al deficiente funcionamiento de internet.

La administradora del centro, Núria Hidalgo, constató la consolidación progresiva de la sede a base de esfuerzo y su aportación al crecimiento de la UIB. «Hemos realizado los pasos de forma segura, hemos madurado con normalidad. Nos sentimos como parte integrantes de la UIB a pesar de la insularidad. Hemos conseguido una oferta educativa de calidad y proximidad», concluyó.

La alumna de la primera promoción de Magisterio, Pilar Ainsa, recordó su experiencia como estudiante de Magisterio y graduada en Psicopedagogía. «He sido muy afortunada al poder compaginar la familia, el trabajo y los estudios. Es un centro profesional, humano y cercano», concluyó.