El alcalde Lluís Camps con algunos de los voluntarios, ayer, en la jornada de puertas abiertas. El molino se abrirá al público en breve. | Javier Coll

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Después de la restauración del Molí des Camí Vell, Es Castell ha finalizado la restitución de un segundo molino, el Molí de Santa Creu. El proyecto no solo ha permitido recuperar un bien etnológico, también embellecer la entrada al núcleo urbano y ganar un espacio público. Según explica el alcalde Lluís Camps, el proceso arrancó en febrero de 2012, años después de la adquisición pública de los terrenos. «El molino estaba en ruinas. Hemos destinado 82.000 euros al proyecto, teniendo en cuenta que solo para levantar la torre de nuevo invertimos 52.000 euros», señala. El resto del dinero se ha destinado a los materiales necesarios para devolver la estética original al molino gracias a la labor desinteresada de un grupo de voluntarios de hasta medio centenar de personas.

Éste es el mayor valor del proyecto, según destaca el alcalde, la implicación del voluntariado. El molino ha quedado como nuevo respetando la arquitectura original. El marés de las paredes interiores se ha picado, se ha instalado una escalera y una puerta de teka, y se ha colocado el «sombrero» y todo el aparejo de las astas. Como curiosidad, es destacable la inventiva para reconvertir postes de madera de telefonía en toda la arboladura nueva del molino. Según avanza el alcalde, el molino se abrirá en breve a las visitas.

Tras esta actuación, Es Castell tiene otros proyectos en perspectiva de recuperación del patrimonio y del paisaje del municipio. Se trata del proyecto de reabrir los túneles bajo la Explanada y de limpiar de vegetación y levantar los «enderrossalls» en Repòs del Rei.