La abarca se ha popularizado y ahora tiene más competidores que nunca, tanto en segmentos de gama alta como en los de nivel medio y bajo.

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La Oficina Española de Patentes y Marcas permite el uso del gentilicio de Menorca para la comercialización de las abarcas fabricadas en empresas de fuera. Durante el último año, el Consell insular ha intentado sin éxito que se retirara la patente a la mercantil Plantillas Alzabares radicada en Elche, que fabrica y vende on line abarcas bajo la marca «Menorquinas Popa». Por dos veces la institución ha fracasado en su defensa de la marca de garantía Avarca de Menorca, ya que las gestiones comenzaron con el anterior gobierno del PP y continuaron con el actual Ejecutivo de PSOE, Més y Podemos.

El Consell presentó en abril de 2015 un primer escrito de oposición a la solicitud de registro de dicha marca por parte de la empresa alicantina. La oposición se basó en el artículo 5 de la Ley de Marcas, en el que se establecen las prohibiciones al registro de marcas que aluden específicamente a la procedencia geográfica del producto o servicio y que puedan inducir a error.

La empresa de Elche tuvo suspendida durante unas semanas su licencia pero alegó, y entonces el Consell, en julio del año pasado, interpuso un recurso de alzada que fue desestimado el 16 de diciembre de 2015, tal y como se publica en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. La consellera de Proyección Económica, Susana Mora, reconoció ayer que el proceso ha llegado al final del recorrido y que ahora lo que la institución debe plantearse es si quiere ir al contencioso.

La posibilidad de litigar no se ha contemplado hasta la fecha. Mora señala que «ante casos similares las resoluciones de la Oficina de Patentes han sido distintas» y recuerda el caso de la marca Menorquinas d'Estiu, a la que se le dejó utilizar el gentilicio si adquiría el producto en la Isla. No obstante, la consellera admite que es difícil hacer el seguimiento posterior de estas resoluciones y «fiscalizar» si se cumplen, sobre todo en el caso de la abarca, que está en auge y en la que el gentilicio menorquín «es un reclamo para vender».

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