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La rotonda a doble nivel proyectada por el anterior equipo de gobierno del Consell en el cruce de La Argentina planteó importantes dudas a distintos técnicos, que se manifiestan en al menos tres informes a los que ha podido tener acceso este diario. Si bien siempre se ofrecen hipotéticas soluciones alternativas y no se llega a descartar su construcción de forma tajante, sí que se desprende de los estudios la existencia de una notable complejidad en el enlace y más cuando, a decir del equipo de gobierno actual, las actuaciones que se estaban realizando no se acomodaban a estas indicaciones técnicas.

El equipo de gobierno tripartito ha hecho suyas estas dudas, y a raiz de las conclusiones obtenidas del análisis del proyecto y lo ejecutado, ha solicitado a la Comisión Balear de Medio Ambiente nuevos informes, además de un estudio sobre el impacto económico que tendría demoler la estructura que ya está construida.

Las primeras dudas (Maite Salord siempre habló de dudas) aparecen en un informe de enero de 2013, emitido por el Servicio de Aguas Superficiales de la Dirección General de Recursos Hídricos. Proponía ya en el cruce de La Argentina, en relación al proyecto, un estudio para reconducir las aguas procedentes del torrente de Biniacs, con la «sustitución de tubos superpuestos por obras tipo cajón». Además, como consideración general, apuntaban que «se tendrá un especial cuidado en no alterar el lecho natural de los cauces, sin variar su cota, pendiente y sección», algo que con esta rotonda se antojaba difícil y que, según el Consell, no se iba a cumplir.

Seis meses después, el subcomité de impacto ambiental de la Comisión Balear de Medio Ambiente recibía un informe técnico en el que se cuestionaba de forma contundente la necesidad y la idoneidad de la rotonda a doble nivel. De nuevo, planteaba sustituir la «bateria de tubos» por «un conjunto de pasos de agua». En cualquier caso, indica el informe que «la actuación parece desproporcionada», con una ocupación de terreno «injustificada» (se acabó reduciendo). Plantea estudiar alternativas de menos impacto, como la que, precisamente, incluyó Més per Menorca en las alegaciones.

En diciembre de 2014 el director de obra ponía reparos a la solución diseñada para el problema del drenaje, ya que obligaba a canalizar el agua dos metros por debajo de la obra, «situación que no es viable ya que no tendría salida», puesto que requeriría un nuevo cunetón, a distinta altura del actual, «que no parece viable por el espacio». De nuevo menciona alternativas (no previstas ni analizadas según el equipo de gobierno) y en las conclusiones indica que el proyecto, «en general», es válido.