TW
81

Desde deportes para una actividad extrema a una extrema relajación. Así se publicita en su web un superyate de lujo que recientemente ha fondeado en aguas menorquinas. Lo que no dice la empresa de este chárter es que su oferta de relax extremo no solo está disponible en las cubiertas del barco, sino que ocupa -más bien invade-, espacio público como las playas vírgenes de Menorca.

El desembarco de sombrillas, tumbonas, mesas, sillas y todo tipo de juguetes gigantes de agua se produjo recientemente en una zona protegida porque está dentro de un área natural, Cavalleria, según testimonios de usuarios que han llegado a «Es Diari». Ante los ojos atónitos de los bañistas de a pie, los que acarrean agua y sombrilla por los caminos para llegar a la ansiada cala natural, los turistas de lujo llegan desde el buque y disfrutan de las hamacas previamente dispuestas por el servicio, ya que el yate tiene una tripulación de 35 personas y capacidad para 40 cruceristas. Casi un empleado por cada persona que puede permitirse estas vacaciones en el mar.

El despliegue de toda esta oferta playera requiere de la autorización previa de la Demarcación de Costas para la ocupación del dominio público marítimo-terrestre.

En el caso de Cavalleria, al tratarse de un área natural, el Reglamento General de Costas no permite la celebración de eventos. Aunque la Ley de Costas abre la posibilidad de organizar algunas ceremonias como bodas, éstas y otro tipo de fiestas y eventos de interés turístico quedan restringidos a los tramos urbanos del litoral. El artículo 65 del reglamento establece claramente «las playas no serán de uso privado» y «las instalaciones que en ellas se permitan serán de libre acceso público».

En cuanto a la celebración de eventos la ley también es clara, el artículo 66 señala que «en los tramos urbanos de las playas podrá autorizarse la celebración de aquellos eventos de interés general con repercusión turística» que cumplan una serie de requisitos y siempre tramitando el permiso ante la administración local previo informe favorable de la autoridad autonómica.

Por ello la aparición del megayate en aguas de Cavalleria y la ocupación de una parte de la playa con hileras de tumbonas, sombrillas, cestas y flotadores de gran tamaño en la orilla llamó la atención de los bañistas de la cala.