Francesc Cavaller (izquierda), junto a su abogado Miquel MercadaL, a su llegada a los juzgados | Josep Bagur Gomila

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La instrucción del 'caso Nerer' sigue su curso. Ahora en manos de la juez número 2 de Ciutadella, Loreto Arroyo, que ayer se estrenó en la causa tomando declaración a cuatro de los diez imputados. No estuvo presente el fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, quien anunció que en breve deja la Fiscalía, para dedicarse a la abogacía.

El primero en declarar fue el empresario de Ciutadella, Francesc Cavaller, coadministrador de Gel-Fux, considerado uno de los principales impulsores de las permutas investigadas, de las que se sospecha que ocasionaron un perjuicio de 2,3 millones al Ayuntamiento de Ciutadella. Cavaller llegó a los juzgados a las 9.19 horas, y salió pasados unos minutos de las diez de la mañana. «Los comentarios ya los he hecho a la juez», fueron las únicas palabras que dirigió a los medios.

Declaró durante media hora. El tiempo suficiente para negar cualquier «trato de favor» del Ayuntamiento y sobre todo desmentir que hubiera pagado comisiones al que fue concejal de Urbanismo del PP, Avel·lí Casasnovas para que su sociedad se beneficiara de las dos permutas investigadas.

Afirmó, igual que ya hizo su hermano en junio, que Gel-Fux siempre había mostrado interés por el solar de la 'joya de la corona' y que pagó por la parcela (previamente permutada por Nerer al Ayuntamiento por Can Saura Morell) lo que le reclamó la empresa Nerer.

Cabe recordar que Nerer adquirió el Saura Morell por 1,94 millones de euros, y un año después la permutó al Ayuntamiento por la 'joya de la corona', valorada en cerca de 3 millones de euros. El mismo día de la permuta (17 de marzo de 2006), Nerer traspasó la parcela a Gel-Fux. Ello hace pensar al fiscal y a la acusación particular que Nerer se trataba de una empresa instrumental, algo que fue negado por el propio Cavaller y el coadministrador de Nerer, Javier Pedret, que también declaró ayer ante la juez.

Cavaller calificó esta operación de «normal» y quita hierro al hecho de que Gel-Fux la comprara el mismo día que Nerer la había permutado, justificando que «tenía que estar libre de cargas».

Sobre esta permuta y la otra investigada, la de S'Hort d'en Llinyà, Cavaller justificó los beneficios de Gel-Fux por las variaciones del mercado inmobiliario, que hizo que se revalorizaran las parcelas.

La defensa de Cavaller, el abogado Miquel Mercadal fue más allá y aseguró que las permutas no causaron ningún perjuicio al Ayuntamiento, que estaba interesado en el edificio de Can Saura Morell y al final se hizo con él. Atribuye el caso a rencillas personales del concejal y presidente de la Comisión Nerer, Joan Triay con la familia Cavaller. Por último denuncia que le «consta» que ha habido «presiones» tanto a los investigados como a los testigos, así como negociaciones con alguno de los imputados, para que inculpen a Francesc Cavaller, algo que de momento no se ha producido, para acabar afirmando que si «la Fiscalía no aporta más cosas, no hay caso».

Nerer y Gel-Fux ofrecen «versiones contradictorias»

Las versiones de los responsables de las empresas que participaron en la permuta y compraventa de la 'joya de la corona' no coinciden, más allá de negar que Nerer se trate de una empresa instrumental. Gel-Fux y Nerer ofrecen «versiones contradictorias», apunta el abogado Fancesc Marquès, que ejerce la acusación particular en representación del Ayuntamiento de Ciutadella.

El coadministrador de Nerer, Javier Pedret declaró ayer durante media hora ante la juez, en presencia de su abogada Blanca de Olivar. Afirmó que su empresa adquirió Can Saura Morell en 2004 con el objetivo de construir un hotel de lujo, pero que debido a las «coacciones» tanto de Gel-Fux como del gobierno municipal (amenazando con no concederle licencia) acabó permutando en marzo de 2006 el edificio por el solar de la 'joya de la corona', para venderlo el mismo día a Gel-Fux. Incluso Pedret afirmó ante la juez que representantes del Ayuntamiento participaron en la venta del solar a Gel-Fux, marcando el precio.

Se trata de la misma declaración que ya hicieron en su día los tres coadministradores de Nerer, cuando la Fiscalía Anticorrupción registró sus sedes de Barcelona y Zaragoza.

Por su parte, Francesc Cavaller, coadministrador de Gel-Fux, niega la mayor. Desmiente que hubiera coacciones a Nerer para que le vendiera la 'joya de la corona', aunque eso sí reconoció que siempre había manifestado interés por el solar. Defiende que fue una operación «normal» y que pagaron lo que negociaron con la empresa, y por tanto no lo que dictaron los representantes del Ayuntamiento, como sostiene el coadministrador de Nerer.

Otros dos imputados

Pedret no fue el único responsable de la empresa Nerer citado ayer a declarar. También estaban citados los otros dos coadministradores, Carlos José Vives de Arpe y José María Villanova. No obstante ninguno de los dos declaró. El primero alegó motivos de salud, ya que recientemente ha sido sometido a una intervención quirúrgica y el segundo (residente en Zaragoza) porque no ha recibido personalmente la notificación de la citación judicial.

Se espera que ambos, también imputados en la causa, declaren ante la juez del caso Nerer en las próximas semanas.

La hermana desmiente que las obras en su propiedad le salieran gratis

En la ronda de declaraciones de ayer también fue citada Joana Casasnovas, hermana de Avel.lí Casasnovas, imputada en el caso y de la que se sospecha que pudo ayudar a su hermano a blanquear dinero obtenido presuntamente de comisiones. Su declaración duró poco más de diez minutos. Se le preguntó sobre sus bienes y cómo los había pagado. Declaró que tenía una casa y un local, financiados a través de una hipoteca y un préstamo.

También fue interrogada sobre las obras que se ejecutaron en una de sus propiedades, realizadas por el constructor de referencia de Gel-Fux y quien construyó los pisos de la 'joya de la corona', Ramón Pizarro. Se sospecha que las obras podrían haber sido un «favor» de la presunta trama a la familia del exedil. Joana Casasnovas afirmó que las obras las pagó de su bolsillo, y que tenía facturas (que no presentó) que así lo atestiguaban.

La última en declarar ayer, en calidad de investigada, fue la arquitecta municipal, Joana Vivó, quien firmó los informes que avalaban los precios de las permutas. Vivó, quien dijo «estar muy tranquila», defendió que ella se limitó a realizar informes técnicos a partir de las valoraciones de Tinsa, e incluso en algunos casos recomendó subir el precio (en beneficio del Ayuntamiento) que proponía la tasadora.