Apretados. El estudio de la UIB realiza una proyección de los quince próximos años, con la conclusión de que la presión humana crecerá un 17 por ciento en Menorca, por aproximadamente un 25 por ciento en el resto del Archipiélago

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La masificación generada por la afluencia turística durante los meses de verano es un problema con mucho menos impacto en Menorca que en el resto de las islas de Balears. En concreto, la magnitud del fenómeno es casi la mitad que en Eivissa y Formentera, y una cuarta parte que en Mallorca, una tendencia que se mantendrá en el futuro, según un estudio de la UIB que se dio a conocer este lunes.

El informe ha sido elaborado por el catedrático de Economía Aplicada Andreu Sansó, por encargo de la Conselleria de Innovación, Investigación y Turismo del Govern. Se basa en un Indicador de Presión Humana. En base a los precedentes de los últimos años, se realizan proyecciones de cara al año 2030, con la idea de conocer a qué escenario se deben atener los dirigentes si la presión demográfica tiene un comportamiento regular. «Los valores extremos son relevantes. Si el valor máximo pasa ciertos límites da lugar a situaciones de congestión», expone.

De cara a estos próximos quince años, el estudio de la UIB establece para Menorca crecimientos más moderados que en el resto de las Islas. Así, en cuanto a los valores máximos, es decir, en la punta del verano, en Menorca se producirá en los próximos quince años un incremento de presión humana del 17,1 por ciento, que se sitúa considerablemente por debajo del 24,4 por ciento de Mallorca y el 27,6 por ciento de las Pitiüses. El estudio de Sansó fija para 2030 un máximo de población en la Isla, con la actividad turística a pleno rendimiento, de 253.659 personas, por las 216.687 registradas en 2015. El mínimo pasa de 91.263 a 117.556.

El catedrático de la UIB ha establecido ratios de habitantes por distintos parámetros territoriales. Significativa es la presión demográfica por kilómetro lineal de playa. En 2015 en Menorca llegó a haber casi cinco personas por metro lineal de playa. En Mallorca fueron más de veinte, y en Eivissa y Formentera casi ocho.

Esta masificación aumentará, según el informe, en los próximos quince años, ya que Menorca pasará a 5,7 personas por metro de playa, mientras que Mallorca superará las 25 y las Pitiüses las diez. También ha obtenido Sansó los parámetros de personas por kilómetro cuadrado o kilómetro de costa, que con algunas variaciones permiten llegar a la misma conclusión: «Menorca es la isla con una menor densidad», algo que se mantiene durante todo el año, no solo en verano.

Estas cifras de presión sobre el territorio, avisa el catedrático, pueden ser incluso superiores porque no incorporan ni a cruceristas ni a los que llegan en yate privado.