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La compañía de la Guardia Civil de Menorca ha celebrado este mediodía la festividad de su patrona, la Virgen del Pilar, en un acto marcado por la extrema austeridad y la asistencia de la mayoría de representantes de la Administración insular, municipal y balear de la Isla, con la presidenta del Consell, Maite Salord al frente, por primera vez desde que ocupa el cargo.

El teniente, Fernando García Casais, jefe interino de la Compañía, tras la marcha del capitán, Roberto Tirado, recientemente destinado a Chiclana, ha dirigido a las autoridades y guardias presentes un discurso inusualmente reivindicativo en el que ha explicado las limitaciones del Cuerpo en Menorca debido a la falta de efectivos. Esa ha sido la causa por la que no ha habido desfile de los agentes en el patio del acuartelamiento. "Estamos con el 75 porciento de la plantilla y era imposible hacer este acto de otra forma sin que se resintieran los servicios que seguimos cubriendo gracias a la entrega de los agentes por su naturaleza militar y vocación", ha dicho García Casais. El jefe de la Guardia Civil ha tenido un recuerdo para Juanita Navarro Llull, huérfana y matrona del Cuerpo, fallecida este año, así como al agente Teodoro Iglesias "y a los 100 guardias civiles que murieron asesinados por ETA en Guipuzcoa, mi último destino, héroes anónimos a quienes no se les recuerda de forma adecuada. El director insular de la AGE, Javier López Cerón, ha felicitado a la Guardia Civil en su parlamento, a continuación, y destacado el papel que tuvo en el reciente incendio del Arenal den Castell al que acudieron, incluso, guardias que no estaban de servicio, de forma voluntaria. La guardia civil de la Policía Judicial, Laura Wolstein Martorell ha sido condecorada con la Cruz al Mérito del Cuerpo, con distintivo blanco, en el momento más emotivo de la celebración, ya que la insignia se la ha impuesto su padre, Mario Wolstein, comandante del Ejército en la reserva.