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El paro lleva tres años y once meses acumulando bajadas. La temporada turística ha logrado cifras de éxito. Y el número de perceptores de la última opción económica a la que pueden recurrir para su subsistencia decrece. Todo apunta a que la situación cambia. La cifra de beneficiarios de la Renta Mínima de Inserción ha superado los peores años. Tras dos ejercicios (2014 y 2015) con una demanda muy elevada, este año «volvemos a valores similares a los de 2013, pero aún estamos muy por encima de las cifras logradas en 2012», aseveran desde el departamento de Bienestar Social del Consell.

En los nueve primeros meses del año, el Consell registró 175 solicitudes nuevas de Renta Mínima de Inserción, lo que supone un descenso de 33 peticiones respecto a las recibidas en el mismo período del año anterior. Tras pasar el filtro técnico, 165 familias han empezado a percibir la ayuda este año. Si a ello sumamos los expedientes que se habían iniciado durante el ejercicio anterior y han seguido cobrando durante algunos meses de éste, la Renta Mínima de Inserción ha llegado a 380 familias (de enero a septiembre). Aunque falta conocer el comportamiento en los últimos tres meses, la cifra es inferior a los 479 beneficiarios registrados en todo 2015 o a los 520 del año anterior. Más similar es a los 394 perceptores de 2013.

Uno de los datos llamativos del ejercicio es que el Consell ha cerrado 262 expedientes. Y el motivo principal es que algún miembro de la familia ha encontrado trabajo. En concreto, el 49 por ciento (128 expedientes) obedece a la reincorporación al mercado laboral. Otros motivos son la finalización del período máximo de prestación de la ayuda, haber podido acceder a otras prestaciones o el incumplimiento de los acuerdos suscritos al contrato de inserción.

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