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El Ayuntamiento de Maó ha anunciado este viernes que la piscina municipal abrirá de nuevo en febrero tras cinco meses en obras durante los que se ha sustituido la cubierta del edificio por cuestiones de seguridad.

También se ha reducido la profundidad de la piscina con el objetivo de ahorrar agua y reducir los costes de mantenimiento y se ha instalado un nuevo sistema de desinfección para mejorar la calidad del agua.

Las obras, que comenzaron el pasado 29 de agosto, se prolongarán hasta finales de enero, a pesar de que el concejal de Deportes, Carlos Montes, había asegurado que los trabajos tendrían una duración aproximada de solo tres meses.

La mejora de las instalaciones, cuyo presupuesto es de unos 165.000 euros, se planteó después de que en octubre de 2015 se produjera la caída de una de las planchas de la cubierta de la piscina.