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Las dos cofradías de pescadores acreditadas para pescar en la Reserva Marina del Norte, la de Ciutadella y Fornells, afirman que embarcaciones de artes menores mallorquinas faenan libremente por las distintas zonas de protección.

El presidente de la Cofradía de Fornells, Joan Pons, indica que «vemos cómo pescan y sabemos que pasan, como mínimo, dos días». Ello supone una doble infracción de la normativa de pesca, ya que además de que tiene prohibida la actividad en la reserva, en general las embarcaciones de artes menores no pueden pasar más de 48 horas fuera del puerto. Para Pons esto es una muestra más de la sobrecarga pesquera ejercida por flotas de la isla vecina: «Hay una invasión de barcas de Mallorca en aguas de toda la Isla, ha habido un efecto llamada» que se hace más notable en la reserva de noche, cuando «hay muy poco movimiento en la zona», asegura, por la falta de vigilancia. Lo confirma el patrón mayor de Ciutadella, Jaime Gomila, que se unió a la protesta del sábado para pedir más protección de la reserva. Puntualiza que los mallorquines no son los únicos que llevan a cabo actividades ilegales. Declara que no quiere «atacar a gente de fuera, porque en casa también tenemos» quien no cumple las normas, entre los que incluye a profesionales , domingueros o recreativos habituales.

Toni Grau, de la Federación de Cofradías de Baleares, admite conocer la problemática por las quejas expresadas por los pescadores de la Isla. Pero no poder establecer una cantidad de embarcaciones ni su impacto hace necesaria la reunión de las partes. Grau se escuda en que «tanto si se trata de una cuestión de interferencias de embarcaciones que provienen de Mallorca en este caso, o el conflicto que se da entre profesionales y recreativos, hay un ámbito que es la comisión de seguimiento y es urgente que se reúna», algo en lo que coinciden tanto las cofradías de la Isla como ecologistas y submarinistas.

Respecto al material de pesca que se acumula en el fondo marino, si bien Pons cree exagerado calificarlo de un problema general de la reserva, Gomila afirma que ha aumentado desde 2014, cuando se reunió la última comisión. La 'pesca fantasma', la de las redes abandonadas, va contra la sostenibilidad de la fauna marina y por lo tanto del pescador artesanal y culpa a los aficionados y las grandes embarcaciones de esta mala praxis denunciada por los buceadores.