Mientras hay menos ciudadanos del continente americano, africano y europeo, se recuperan los asiáticos | Josep Bagur Gomila

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La fuga de extranjeros sigue en aumento. Menorca encadena ya siete años de pérdidas consecutivas de ciudadanos de otros países y cabe retroceder hasta el año 2005 para encontrar cifras similares de población extranjera. La dureza de la crisis económica y la falta de oportunidades laborales empujan a los extranjeros a retornar a sus países de origen o a tentar la suerte en otros enclaves más prósperos para el empleo.

Los datos definitivos del padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística relativos a 2016 revelan que en la Isla hay 10.861 residentes extranjeros, lo que supone una pérdida de 4.608 habitantes en apenas seis años cuando la población rozaba los 15.500 residentes no españoles.

En este período de tiempo han sido los europeos quienes han decidido recoger sus bártulos y marcharse. En concreto, se han ido desde 2011 casi 2.200 extranjeros procedentes de la Unión Europea. Destaca, en este sentido, la cifra de residentes británicos que han abandonado la Isla. Hay casi 1.300 menos que seis años atrás.


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