Parte de la delegación menorquina durante el Congreso nacional.

TW
25

La delegación menorquina en el Congreso nacional del PP compartió el pasado viernes avión con miembros de Podemos, rumbo a Madrid, pero mientras en Vista Alegre la pugna era evidente en la Caja Mágica el liderazgo de Mariano Rajoy no tenía contestación. Los compromisarios han vuelto con el mensaje de la unidad reforzado y satisfechos por la imagen que ha dado el partido, aunque saben que eso no se repetirá en Balears y que Menorca se enfrentará, en el Congreso insular, a la vacante anunciada del actual presidente, Santiago Tadeo.

Para el Congreso regional que se celebrará en primavera ya hay nombres en la línea de salida (José Ramón Bauzá, Gabriel Company, Aina Aguiló, Jaume Bauçà), no así para el de Menorca, al menos que trasciendan. «Ahora toca el regional y luego el insular, hay que ir paso a paso», responden por separado pero al unísono algunos de los que han asistido a la convención popular en Madrid. De hecho el PP menorquín ya criticó abiertamente las prisas de algunos de los candidatos mallorquines, como el expresidente Bauzá, para postularse antes de que se celebrara el Congreso nacional que este fin de semana ha ratificado a Rajoy con más del 95 por ciento de los votos de los compromisarios. Ahora toca el turno para el Congreso de Balears y después Menorca deberá elegir un presidente o presidenta que, además, respetando lo que se ha hecho hasta la fecha, será también quien opte a la presidencia del Consell, pieza de caza mayor que la izquierda arrebató en 2015.

Pero en Madrid, insisten, se ha hablado de ideas, de proyecto. Se ha zanjado la discusión sobre la acumulación de cargos en la persona de Dolores de Cospedal. «La gente ha valorado el trabajo», señala Misericordia Sugrañes, «si una persona hace su trabajo en diferentes áreas y lo hace bien, por qué no va a tener distintos cargos». También se han debatido cuestiones sociales importantes, recuerda Juana Francis Pons Vila, como la custodia compartida para los padres en casos de divorcio, que el PP apoya, y se ha aplazado el tomar postura, a la espera de un mayor análisis técnico, sobre una cuestión tan espinosa como la de los vientres de alquiler.

«Se han presentado cuatro mil enmiendas a las ponencias y se han aprobado alrededor de tres mil», comenta Águeda Reynés, «creo que eso demuestra que nuestro partido está vivo y que hay una diversidad de opiniones que nos enriquece».