El grupo motor del PSOE de Es Migjorn Gran, ahora descabezado por la crisis que acaba de estallar en el seno de la formación. | R.L.

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Ha estallado la crisis en el Ayuntamiento de Es Migjorn Gran. La asamblea local del PSOE ha pedido formalmente a Pere Moll que dimita como alcalde. En caso de no aceptarlo, que es lo que ya trasladó el edil ayer por la tarde, la formación forzará su salida, probablemente mediante una moción de censura.

El cisma se empezó a gestar meses atrás, aunque la decisión definitiva se precipitó el jueves en una asamblea local extraordinaria que se prolongó varias horas y en la que estuvieron presentes cargos de la gestora insular del PSOE como es el caso de su presidenta, María José Camps, así como la secretaria de organización del PSIB, Bel Oliver. Fue entonces cuando al alcalde se le dio un ultimátum: o renuncia o le echan.

Los motivos obedecen a discrepancias internas entre el alcalde y los otros cinco concejales que forman gobierno y que se resumen en una falta de liderazgo para encabezar el proyecto socialista, pérdida total de confianza, además de denunciar ocultación de información en los quehaceres diarios de la gestión municipal, acusación que el alcalde niega rotundamente.

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Pere Moll trasladó ya ayer por la tarde al partido su decisión de no renunciar al cargo. Toma esta decisión porque «aún no sé qué he hecho mal en tema de gestión municipal», indica.

Es claro en aseverar que «ha sido un complot total al alcalde por la silla y el sueldo» pero también una cadena de descréditos a nivel personal que «nada tienen que ver con la gestión municipal, se ha pasado la línea roja que separa la gestión pública con el ámbito privado», lamenta.

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