Los concejales Triay, Conesa, Sánchez, Ameller y Al·lès, de izquierda a derecha. | Josep Bagur Gomila

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El equipo de gobierno de Es Migjorn Gran no cruza palabra sobre la gestión municipal desde el 28 de febrero. Ese día se celebró la última junta de gobierno ordinaria y el alcalde Pere Moll no ha convocado ninguna otra reunión ni ha mantenido ninguna conversación sobre el municipio con los concejales, que pidieron su expulsión del PSOE y del Ayuntamiento.

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Moll reconoce que no se comunica con ninguno de ellos desde entonces, y que no se presentaron en el Ayuntamiento el viernes ni el lunes. «Desde que estalló la crisis vienen, pero no me hablan», explica. No se plantea asumir sus competencias porque, dice, quiere «pensar que hacen igualmente su trabajo, aunque no me informen».

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