En obras. Algunos establecimientos aprovechan la temporaba baja para acondicionar sus instalaciones, como estos apartamentos de Cala en Bosc | Gemma Andreu

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La temporada turística se perfila como muy similar a los años anteriores, con ocupaciones muy elevadas cuando el sol más aprieta, buen comportamiento en junio y septiembre, y las incógnitas, como es habitual, situadas en los meses que preceden y suceden a esta parte nuclear del año. Luis Casals, presidente de Ashome, comenta que «tenemos cuatro meses asegurados», pero que en el reto de alcanzar la media docena «mayo se antoja bastante bueno, sobre todo para aquellos productos que en estos momentos son más competitivos, lo estamos recuperando». No sucede lo mismo con octubre, único periodo que en este momento «me preocupa».

Es en estos extremos de la temporada donde hay que reforzar la promoción, siempre como un destino diferente, con personalidad propia. La Fundació Foment del Turisme se centra en este intento por prolongar la temporada, explica Isaac Olives, director insular, un viejo reto de la economía del sector servicios insular en la que se avanza pero todavía no lo necesario para garantizar una temporada suficiente.

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