El popular local «S’Auba», ubicado en el centro de Ferreries y centro también de la polémica política | Josep Bagur Gomila

TW
25

Tuni Allés y Ramon Orfila renuncian a cualquier negociación para el alquiler por el ayuntamiento de Ferreries del local comercial «S'Auba» a causa de la «intervención falsaria del sr. Ramon Sintes», según explican en una carta que se publica este viernes.

Recuerdan la reincidencia del PP en la acusación de subvenciones a la galería de arte que alquiló el local cuando este partido llegó al gobierno del Consell en 2011. Solicitaron entonces una comisión de investigación «sobre la concesión de estas 'importantes subvenciones' que finalmente no se constituyó» cuando el gobierno del PP constató que tales subvenciones no habían existido «y reculó sobre sus falsedades», relatan. Por ello, instan al concejal popular a rectificar sus declaraciones, bajo amenaza de querella criminal, para restituir lo que califican de injuria.

Allés y Orfila reconocen las negociaciones con el alcalde de Ferreries al igual que las han mantenido con otras personas y empresas. La operación que han estado a punto de acordar con el Ayuntamiento implicaba un precio de «poco más de 500 euros mensuales», inferior a la negociada con otros interesados. Añaden que estos años en los que «S'Auba» ha estado cerrado se ha permitido su uso tanto al ayuntamiento como a las entidades sociales que lo han solicitado «agregando en cualquier caso, de nuestro bolsillo, el coste del consumo de electricidad. Y lo hemos hecho con buen agrado».

Noticias relacionadas


Xibau

Maties Sansaloni, de la galería de arte Xibau, también se siente perjudicado por la polémica, niega tanto la amistad con Tuni Allés, «no existía tal compromiso», como las subvenciones que presuntamente habría obtenido, «no hemos recibido subvenciones nunca del Consell», afirma tajante. Explica que dejaron la galería, a la que llegaron con un contrato de alquiler, simplemente por razones económicas, ya que además del precio del alquiler pactado realizaron una inversión inicial para adaptar el local a la función de galería de arte.

A ello suma la politización del asunto y la difusión de información falsa «que en un pueblo como Ferreries hace más daño», lamenta Sansaloni.