Cabras silvestres.

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El portavoz del Pi y concejal de Medio Ambiente, Llorenç Carretero, negaba ayer que el tema de las cabras de S'Algar haya tenido algo que ver con estas discrepancias que han aflorado. El concejal entonaba el mea culpa porque se considera responsable de la situación por no haber solucionado un «problema serio». Apunta que «no ha habido mala intención con el bando de la alcaldesa» y agrega que «no ha creado polémica» sino que ha generado interés entre la gente por tenerlas. Lo fácil habría sido llamar a profesionales que las eliminaran, agrega.

La entidad Santuario Gaia se puso en contacto con el Ayuntamiento ayer por la mañana para trasladar su interés por adoptar las cabras silvestres. No obstante, la alcaldesa, Montse Morlà, agrega que «de momento no hará falta» porque «hay gente de la Isla interesada, hemos recibido varias solicitudes de personas dispuestas a acogerlas». Ahora cabe valorar en qué condiciones, puesto que no están dispuestos a que se las lleven para que en unos meses vuelvan a estar sueltas en otro enclave de la Isla. Además, Carretero apunta a la «valentía de la gente» para ir a cogerlas.

El concejal explica que el Ayuntamiento ya tiene una reclamación de una vecina de cerca de 500 euros por desperfectos ocasionados por estas cabras en su terreno. Apunta también que la flora del acantilado ya no existe, como tampoco el fonoll marí de la zona.