Los hoteles advertirán a los turistas del protocolo antes posibles dolencias y de los riesgos de reclamar falsamente. | DANIEL ESPINOSA

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Los hoteleros menorquines ya le han visto las orejas al lobo. Después de que el año pasado registraran un aumento del 750 por cien en el número de reclamaciones, la gran mayoría falsas y referidas a dolencias en el sistema digestivo, este año se están preparado para una previsible nueva avalancha de denuncias, principalmente por parte de turistas británicos, a los que los llamados abogados pirata tientan con la idea de unas vacaciones gratis.

La instalación de cámaras en las zonas comunes es una de las medidas a las que recurrirán los establecimientos de 'todo incluido' y pensión completa, el blanco principal de las denuncias falsas. El objetivo es conseguir pruebas para demostrar que algunas de esas gastroenteritis que los abogados achacan al mal estado de los alimentos del hotel son consecuencia del consumo desproporcionado de comida o de la ingesta desmesurada de bebidas alcohólicas.

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