El Molí des Comte se quedó sin aspas en noviembre de 2013, tras un temporal de viento | Sergi García

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Hace tres años y medio que un temporal se cebó con el Molí des Comte. Entonces uno de los principales atractivos de la entrada al casco antiguo perdió todo su esplendor, ya que quedó un molino sin aspas. Eso fue en noviembre de 2013. Un año después Ciutadella perdió un poco más de historia, al cerrar el emblemático bar de Es Molí, en la planta baja del edificio. El establecimiento cerró en diciembre de 2014, después de que la familia Casalí hubiera regentado el negocio durante 37 años.

Desde entonces, el molino sin vida, ni aspas, ha ido perdiendo encanto. Hasta ahora, que se vislumbra un cambio en el futuro del edificio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Su fachada ha sido repintada y ha dejado atrás la imagen de los últimos años.

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El edificio es propiedad de la Fundación José María de Olives y de Ponsich conde de Torre Saura, que recibió todos los bienes de Juan Valero, fallecido el pasado mes de diciembre, y que a su vez había heredado en 1995 el patrimonio del sexto conde de Torre Saura, José María de Olives y de Ponsich.

Los últimos meses ha habido movimiento en torno al molino, entre otras cosas porque el restaurante Asador Molí des Comte (que también está en la planta baja del inmueble) se ha interesado en el antiguo bar de Es Molí y tiene la intención, una vez logre todos los permisos, de reabrir el local.

Ello ha provocado el interés tanto por el Asador como de la Fundación de restaurar el molino y volver a colocar sus características aspas.

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