La bombona de butano se ha encarecido un 5% esta semana | Javier Coll

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Una es más incómoda y pesada, pero su precio está regulado por orden ministerial. La otra es ligera y más segura, pero tiene menos carga, el precio está liberalizado y es más cara. Las bombonas de butano abren un abanico de dudas entre el cliente de este tipo de producto. Y el entorno anima a avanzar hacia el modelo más moderno. Las dos tipologías de bombonas de butano conviven.

No se dejarán de suministrar las convencionales pero todas las piezas del puzzle apuntan directamente a la promoción de las ligeras, cuyo precio es ahora mismo un 27 por ciento superior a las convencionales.

La bombona tradicional tiene 12,5 kilos de contenido en gas.

Su peso la enmarca en las tipologías de botella cuyo precio queda regulado por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital y que, a partir de hoy es de 14,89 euros. Cambia cada dos meses y su máximo alcanzado fue de 17,5 euros en marzo de 2015, un precio que sigue estando por debajo del coste actual del envase ligero.

Por su parte, la bombona en envase nuevo y moderno contiene 12 kilos de carga y queda fuera de regulación porque su peso en tara es inferior a los nueve kilos y, por tanto, las empresas comercializadoras de estos envases pueden venderlos a un precio libre que, actualmente Repsol Butano lo tiene fijado en 18,21 euros, tal como informa la empresa al consumidor.

La botella convencional no va a desaparecer por el mero hecho que Repsol en Balears está obligado por el Ministerio de Energía «a garantizar el suministro domiciliario para los envases con carga igual o superior a 8 kilogramos e inferior a 20, a excepción de los envases de mezcla para usos de los gases licuados del petróleo como carburante», tal como apuntan fuentes oficiales del departamento que dirige Álvaro Nadal. El jueves pasado se publicó en el BOE la resolución de esta regulación que se actualiza cada tres años. Esta obligación deja atada la permanencia de la botella tradicional, si así lo desea el cliente, a pesar de los esfuerzos por ir introduciendo la ligera, que es más moderna, moldeable y cómoda de transportar al mismo tiempo que también es más cara.

Y es que, por una parte, desde el servicio de atención al cliente se anima a los usuarios a ir haciendo el cambio de botella. Además de dar a conocer sus ventajas, informan de que las convencionales tienen las horas contadas. Repartidores también invitan a adquirir las ligeras e incluso aseguran que no les permiten subir las botellas pesadas a hogares que no estén en planta baja, aunque la empresa lo niega rotundamente. Están obligados a subir cualquier bombona, ya sea la convencional ya la nueva, hasta la puerta de cualquier hogar.

Además, mientras que la adquisición de las botellas ligeras debía realizarse en puntos de venta, Repsol ha empezado a suministrarlas puerta a puerta, lo que lleva a acercar el producto al cliente final y facilitar su adquisición.

La botella convencional es desde 3,6 euros más cara que hace un año

Desde esta semana la bombona de butano tradicional costará 14,89 euros, lo que supone un incremento del 5 por ciento respecto a lo que se pagaba por ella (es decir, 14,19 euros). Este nuevo precio estará vigente durante dos meses, hasta el tercer martes de septiembre, cuando se volverá a revisar. Con esta subida, la bombona encadena seis incrementos consecutivos desde julio de 2016. Y se ha encarecido el coste un 32 por ciento con respecto a su precio de julio del año pasado cuando costaba 11,27 euros. No obstante, si se compara con el mes de marzo de 2015, la bombona acumula un descenso del 15 por ciento cuando se alcanzó el máximo de 17,5 euros.

El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital regula aquellas bombonas de butano que más comúnmente utilizan los hogares, es decir, envases con carga igual o superior a ocho kilos e inferior a 20, y cuya tara (su peso vacía) sea superior a nueve kilos.

Afecta a los envases convencionales, a la bombona de toda la vida. Pero, todas las botellas que no se enmarquen en estos pesos estipulados tendrán un precio liberalizado y no se corresponderá con el establecido por el Gobierno. Es el caso de la botella en envase ligero que pone en el mercado Repsol Butano cuyo peso de la botella vacía es de siete kilos.