Un hombre, este sábado mirando las ofertas de una agencia inmobiliaria de Es Mercadal | Jaume Fiol

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Un año y dos meses después de que el Reino Unido aprobará por referéndum salir de la Unión Europea, la incertidumbre se ha instalado de lleno en el segundo mercado más importante del sector inmobiliario de la Isla. Las ventas de propiedades a británicos se han desplomado en el último año, hasta el punto que inmobiliarias como Bonnin Sanso, en la que el mercado inglés representaba entre el 30 y el 35 por ciento de las ventas, ahora apenas suponen el 20 por ciento, explica su gerente Francisco Pons. «La incertidumbre del brexit, ligada a la caída de la libra, que se ha devaluado un 15-20 por ciento, ha hecho que las ventas a británicos se pararan», afirma Pons. «El brexit es incertidumbre, y la incertidumbre es lo peor para el sector inmobiliario», tercia Lluís Armengol.

Por un lado (debido a la devaluación de su moneda) a los británicos les sale más caro que antes comprar una casa y, por el otro, como todavía no está negociada la salida de la UE, los ingleses que compren no saben qué pasará en cuanto a la libre circulación entre países o si tendrán, como hasta ahora, garantizados los servicios sanitarios.

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