El Camping Son Bou ha introducido este año mejoras con el objetivo de progresar en la calidad de su oferta | Javier Coll

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El año pasado más de siete millones de turistas optaron por el camping como alojamiento para sus vacaciones en España. Es un sector al alza –sus cifras han crecido un diez por ciento en el último ejercicio– por el que se apuesta con fuerza en otros destinos tanto nacionales, como internacionales, pero Balears le da la espalda. La Ley turística de 2012 no recoge tal figura de alojamiento, lo que impide la apertura de nuevos campings y ningún grupo político ni administración ha aprovechado la puerta abierta que dejaba la modificación de la ley para regular el alquiler turístico para introducir enmiendas que saquen a los llamados acampamentos turísticos del limbo legal en el que se hallan.

Menorca cuenta actualmente con dos campings que suman 1.039 plazas de alojamiento, pero hay capacidad y demanda para que el sector crezca. El gerente del mayor de ellos, el Camping Son Bou, que cuenta con 939 plazas explica que este año ha habido un aumento de reservas respecto a 2016, que ya fue bueno.

Proyectos parados

Lamenta la falta de fuerza que tiene el sector en Balears: «Hay millones de campistas en toda Europa», explica Baldomero García, poniendo el acento en la potencialidad de una tipología de alojamiento que se encuentra hoy por hoy sin posibilidad de crecer. Y no es por falta de interés de los inversores privados.

Sobre la mesa de la consellera de Ordenación Territorial y Turística del Consell, Susana Mora, se acumulan desde hace muchos meses tres iniciativas para abrir nuevos campings en la Isla, pero reconoce que «la situación es desfavorable para los promotores». El 'olvido' de los campings en la Ley Turística tiene tres vías de solución. Se ha perdido el tren de la primera y más evidente, aprovechar la recientemente aprobada modificación de la ley turística para incluir la figura del camping, como se ha hecho con otros aspectos que nada tenían que ver con el objeto de la modificación, los alquileres turísticos.

La segunda sería la vía reglamentaria. La ley que regula el sector turístico da potestad reglamentaria al Consell para introducir nuevas figuras de alojamiento, sin embargo desde el Consell entienden que en ese sentido ahora mismo «estamos con las manos atadas». El decreto que reglamenta La Ley Turística fue denunciado porque invadía las competencias de los consells insulares.

La tercera vía es el Plan Territorial Insular (PTI), que está siendo revisado. En ese sentido, desde el Consell aseguran que «no cerramos la puerta a la figura del camping, pero es un debate que debe ir en paralelo al debate territorial, porque tiene una parte positiva, pero también implica un gran consumo de territorio».

En ese sentido, el compromiso del Consell es «estudiar» su regulación. Reconocen que desde el punto de vista turístico son interesantes este tipo de alojamientos porque, por un lado, existe una demanda social y, por otro, atrae a otro tipo de turistas. Mientras tanto, frenado por el veto normativo, el sector ve como no puede subirse al carro del crecimiento y atraer a más campistas de países emisores tan importantes como Francia y Alemania. Un callejón sin salida.