Turistas tomando el sol en el hotel Farragut hace unos días. | J. COLL

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Finalizado agosto, el primer balance de la temporada turística arroja un resultado acorde con el incremento de visitantes, dos de cada tres empresas de alojamiento ha facturado más que el año pasado y una de cada dos ha ganado más dinero, según el estudio realizado por la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome).

La valoración varía en función del tipo y categoría de alojamiento. Los mejores datos corresponden a las viviendas vacacionales, segmento en el que la mejora de facturación y rentabilidad es unánime: todos han ganado más. También están a la cabeza en ocupación, estancias y reservas para un mes de septiembre en el que las primeras semanas mantienen niveles del mes de agosto.

El revés de ese balance corresponde a la oferta de alojamiento rural (agroturismos y hoteles rurales), donde dos de cada tres negocios asegura que ha tenido menos reservas y peores resultados que el año pasado, mientras que la tercera parte declara la misma facturación y rentabilidad que en 2016, año que había marcado los mejores registros de la historia en número de visitantes, ocupación y resultados económicos.

La oferta de complejos de apartamentos ha saldado la temporada con más facturación, dos de cada tres empresas, aunque no llega a la mitad, 44,44 por ciento, los que declaran más rentabilidad. Una tercera parte asegura haber obtenido el mismo volumen de negocio que el año pasado y un 22,22 por ciento ofrece menos rentabilidad. No obstante, el 75 por ciento ha tenido el mismo índice de reservas o más que en 2016.

En los hoteles, la diferencia en resultados está en función de la categoría. Los que cuentan con mejor catalogación logran mejores registros. Entre estos, en el grupo de tres a cinco estrellas, tres de cada cuatro han incrementado la facturación y el 58 por ciento ha mejorado la rentabilidad. Aún cuando la subida de precios no ha sido homogénea y depende de reformas llevadas a cabo o de la negociación con los grandes operadores, algunos empresarios apuntan que el incremento de tarifas oscila en torno al cinco por ciento.

Los números son más discretos en los hoteles de una y dos estrellas, aunque uno de cada cuatro asegura que ha mejorado la rentabilidad. La mitad de la oferta de esta categoría concluye que ha tenido peores cifras que las cosechadas en 2016.

Entre las características que deja el alojamiento de agosto, Ashome destaca un incremento de las reservas de último minuto, que estarían relacionadas con un aumento de la tendencia a la programación individual de vacaciones. Ello supone cambios en la comercialización, que ha sido atípica este año al dejar huecos de disponibilidad en días sueltos. También se apunta la conclusión de que un menor número de estancias pero con mejor precio aumenta la rentabilidad y que a ello han contribuido también las inversiones en la mejora de infraestructuras.

Algunos establecimientos confirman el apuntado descenso del turismo nacional y una ocupación irregular, quizás a causa de los cambios observados en la comercialización y al «aumento de la oferta de alojamiento ilegal».