El alojamiento en Son Espases, una de las reivindicaciones de Més. | R.L.

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Materializados, encaminados o en trámite administrativo. Así considera Més per Menorca que están casi todos los puntos del acuerdo de governabilidad suscrito con el Ejecutivo balear una vez optó por salir del mismo. En el análisis pormenorizado que el partido ha realizado del documento, el balance es positivo en general, sobre todo porque en los presupuestos de 2018 se han incluído inversiones que Més incluía en este texto.

Así las cosas, Més per Menorca da por cumplidas demandas como la residencia para pacientes de las islas menores de Son Espases, con veinte nuevas plazas y una previsión al respecto en el plan de usos de Son Dureta, o la reconversión del antiguo hospital Verge del Toro, pese a que finalmente no ha podido iniciarse su reconversión en una residencia para mayores.

Con matices en cuanto al uso inicial contemplado para la estación marítima de Ciutadella, Més per Menorca da por bueno el logro de un proyecto para el centro integral de FP en este edificio, así como los pasos que se están dando para otros centros educativos como el Conservatorio o la escuela de adultos de Maó.

En cuanto al traslado de los lodos tóxicos de la antigua depuradora de Ferreries, Més per Menorca constata en un documento interno que el Govern está elaborando ya los pliegos de condiciones para la contratación de los trabajos. No se percibe el mismo nivel de avance, aunque sí conversaciones iniciadas, en el proceso de compra a la Sareb de los cuarteles de Es Castell, por ejemplo.

Algunas cuestiones de carácter legislativo se han encontrado con trabas de carácter jurídico, como es el caso de la propuesta para reducir a 16 años la edad mínima para poder tomar parte de una iniciativa legislativa parlamentaria (está pendiente de trámite en el Parlament) o la ley de los derechos lingüísticos de los consumidores, que ha tenido que cambiar de Conselleria para que fuera posible, entre otros.