Entrada de Urgencias. | Javier Coll

TW
19

Un traslado a Palma en avión ambulancia, 4.995 euros. Una noche en el Mateu Orfila, 917 euros, un viaje en ambulancia asistida desde fuera de Maó al hospital, 245 euros, una resonancia magnética, 503 euros... Los servicios de la sanidad pública sí tienen precio. El Servei de Salut acaba de actualizar la relación de tarifas de los servicios sanitarios. En la practica sirven como guía para la facturación a terceros, es decir, turistas, mutuas –en casos de accidente laboral– y aseguradoras –cuando son accidentes de tráfico–; pero también pueden servir para cobrar mayor conciencia del coste (y valor) que tiene la sanidad pública.

El listado de precios públicos, publicado en el Boletín Oficial de Balears (BOIB), permite conocer el coste estipulado de los procesos médicos completos, tanto si requieren cirugía, como si no. Lo más caro son los transplantes de pulmón y de corazón, valorados en la friolera de 87.245,85 euros, aunque sorprende comprobar el elevado precio de procesos mucho más comunes y leves como la gastroenteritis. En el caso de que sea vírica la tarifa va de los 1.518,23 euros de los casos más leves a los 7.617,47 euros de los más graves. En estos casos se tienen en cuenta la asistencia, las pruebas de diagnosis y todos los tratamientos.

Abuso de alcohol

El coste para las arcas públicas de dolencias relacionadas con una mala conducta es muy elevado. El tratamiento de un coma etílico, el abuso de alcohol, cuando el alta es voluntaria puede costar entre 1.254 euros y 10.720 euros, en los casos más graves, a lo que habría que sumar el traslado en ambulancia, precios similares a los del abuso de cocaína.

Fuera del ámbito hospitalario los precios se reducen. Si una visita con el médico especialista en Consultas Externas cuesta 129 euros y las consultas sucesivas 77 euros; en la atención primaria la visita está valorada en 71 euros y las sucesivas en 33 euros.

El Govern, según las últimas previsiones hechas públicas, relativas al año 2017, factura anualmente a terceros alrededor de 50 millones de euros, de los que 20 se cobraron a turistas europeos y los otros 30 millones a mutuas, aseguradoras y turistas extracomunitarios.